Tenemos algo que decir

El desafío de poner en juego los usos del lenguaje, la restitución de derechos humanos y el acceso a la cultura y a la comunicación para hombres y mujeres privados de su libertad. 

Por Lucrecia Pérez Campos*

Todos tenemos algo para decir. Todos y todas. La palabra como derecho parece haber sido postergada, junto a otros derechos civiles, en los contextos de encierro. Por eso fue que pensamos que un espacio desde y para la comunicación comunitaria podía aportar al menos en parte, a un proceso de
resignificación, transformación y búsqueda de nuevos horizontes en relación al “estar preso/a”.

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El tipo de relación que implica la construcción de comunidad supone lazos de confianza, diálogo, participación y toma de decisiones en conjunto. El contexto de encierro se presenta precisamente como lo opuesto: una férrea lógica disciplinar, relaciones pautadas por la autoridad, desconfianza, aislamiento, violencia simbólica y de todo tipo.

Con una propuesta novedosa para el ámbito de la UNER en el abordaje e interacción con individuos privados de su libertad, comenzamos el
trabajo en las cárceles situadas en Paraná porque intuimos que había que fortalecer los espacios culturales y de expresión personal y colectiva; y emprendimos esta tarea desde la perspectiva de la comunicación comunitaria. Fue ahí que la consigna, Todos tenemos algo para decir, pasó a ser nuestra convicción.

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Si bien comenzamos en 2005 desde la Facultad de Ciencias de la Educación (FCEDU) de la UNER, en 2011 llevamos el proyecto a la Unidad Penal N°6 de la ciudad de Paraná, donde la experiencia puso énfasis en la condición creativa de las mujeres privadas de su libertad. Mientras que en la Unidad Penal de varones Nº 1, 30 internos participan del Taller de Teatro.

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La Radio Abierta Chamuyo FM, la producción de la revista Chamuyo Papel, los talleres de fotografía y la experimentación visual, una obra de títeres, junto a la pintura de cinco murales comunitarios, son algunos de los acontecimientos artísticos resultantes de la intervención en ambas cárceles.

En síntesis, nos hemos propuesto volver más permeable el contexto de encierro, abriendo puertas y ventanas no sólo al ámbito académico sino a otras instituciones, elencos teatrales, grupos de música y otros artistas.

*Directora Proyecto de Extensión “Miradas y mundos posibles”. Comunicación comunitaria en cárceles”. FCEDU – UNER