Hambre de cambios: cómo producimos y nos alimentamos

El creciente monopolio del sector agroalimentario pone al lucro económico por sobre la necesidad básica a una alimentación sana. El desafío está en apostar a circuitos cortos de comercialización y estrechar la relación entre productor y consumidor.

 

Por Andrés Jorge* | Fotos: Colectivo Manifiesto y Sub Cooperativa de Fotógrafos

 

 

Como indica la organización internacional GRAIN (2008), la producción de comida se ha triplicado desde la década de 1960, mientras que la población mundial tan sólo se ha duplicado desde entonces, pero los mecanismos de producción, distribución y consumo, al servicio de los intereses privados, impiden a los más pobres acceder a los alimentos. La cadena agroalimentaria se alargó progresivamente, alejando cada vez más, producción y consumo, y favoreciendo la apropiación de las distintas etapas de la cadena por empresas agroindustriales, con la consiguiente pérdida de autonomía de los campesinos y consumidores.

Todavía en 1973 en Argentina, más del 80% de las ventas minoristas de alimentos del país se realizaban en negocios tradicionales especializados y hasta bien entrada la década del ochenta, siguieron ocupando una posición mayoritaria (SAGPyA: 1997). A partir de esos años, la estructura comercial cambia drásticamente, y  los supermercados e hipermercados concentran un porcentaje cada vez mayor de la venta de alimentos en el país.

Según datos de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), para el año 2011 existían en el país 8.672 establecimientos de autoservicio (entre hipermercados, supermercados, supermercados discounts y autoservicios en general), de los cuales el 67,7% correspondían a establecimientos de un solo local (unibocas) mientras que el 32,3% restante de las bocas de expendio correspondían a cadenas con 2 o más bocas. Las empresas con mayor número de bocas en este momento eran: Carrefour, Cencosud (Vea, Jumbo y Disco), Coto, La Anónima, Nexus Partners (EKI), Walmart y Casino (Libertad). Éstas, aunque reunían sólo el 15% de las bocas totales del país, tenían la capacidad de vender el 58% del total de alimentos y bebidas de la Argentina. Tan sólo Carrefour, Cencosud y Coto representaban en el rubro, el 70% del total de las ventas del sector. Desde entonces, este monopolio y concentración consiste en un fuerte control a la hora de determinar qué consumimos, a qué precio, de quién procede y cómo ha sido elaborado, a la vez que coloca a  los productores en una condición de subordinación que les impide negociar condiciones y precios.

Una tarea prioritaria para quebrar los monopolios de la gran distribución, consiste en apostar por circuitos cortos de comercialización (mercados locales, venta directa, grupos y cooperativas de consumo agroecológico, etc.), evitando intermediarios y re-estableciendo relaciones cercanas entre productor y consumidor, basadas en la confianza y el conocimiento mutuo.

Manifiesto Feria_Agroecologica_Alta Gracia_SR (33)

La alternativa es pensar-actuar sobre el consumo

Desde hace varios años funcionan en nuestro país experiencias motorizadas por organizaciones campesinas y barriales,  redes de consumo y comercio justo, que se han dado la tarea de construir espacios de comercialización alternativos, estructurados bajo otros criterios y con objetivos distintos al del lucro, que sólo persigue el mercado.

La Red de Comercio Justo Pirí-Hué, funciona en la ciudad de Concordia y es una iniciativa que se propone vincular de manera directa a productores y productoras de alimentos de la economía social con los consumidores locales. Los integrantes de la red buscamos abordar de manera simultánea dos grandes desafíos: la generación de vías de comercialización alternativas para los productores locales, y al mismo tiempo, brindar a los vecinos de la ciudad la posibilidad de acceder a alimentos de calidad a un costo accesible.

Actualmente la red distribuye productos de organizaciones de productores, cooperativas y emprendimientos familiares de distintos rubros alimentarios (pescado, lácteos, pastas, panificados, huevos, frutas y hortalizas, harinas, panificados, yerba mate, dulces, vinos, licores, cervezas, miel, aromáticas, aceites etc.) Y considera al consumo como un acto político, dado que tiene implicancias directas sobre los sistemas productivos y sus diversos eslabonamientos. Es decir, resulta necesario repensar el simple acto cotidiano de comprar para satisfacer nuestras necesidades ya que estamos contribuyendo a la reproducción del sistema hegemónico de producción con su larga cadena de explotación humana, depredación de la naturaleza y concentración económica, o bien, a la consolidación de sistemas productivos locales realizados en base al trabajo familiar y cooperativo, con valores de reciprocidad y solidaridad y con una conciencia sobre la necesidad de cuidado de la madre tierra.

Reunion de proveedurias con productores en la granja las Ondinas en San Andres de Giles, provincia de Buenos Aires. Los principios del cultivo biodinamico y la antroposofia son los que dictan los tiempos en esa granja organica. Las proveedurias son grupos de consumidores conscientes y que organizan compras colectivas de alimentos.

Pirí Hué (Pirí-Toldo/Hué-Agua) da nombre a los toldos construidos con ramas secas trenzadas y hojas que las comunidades charrúas construían para protegerse del agua. La referencia a un nombre charrúa, consiste en un homenaje a aquellos que ocuparan ancestralmente estas tierras, a partir de mantener viva una lengua que fue silenciada por siglos de colonialismo y el genocidio sobre el que se construyeron los estados nación latinoamericanos.  Esta iniciativa pretende además, poner en discusión y en práctica otros valores sobre los cuales se organizaron: el sentido de lo comunitario, de la autonomía para resolver las propias necesidades, la recuperación de la relación sociedad-naturaleza, armónica y con criterios de reciprocidad, frente a la mera concepción mercantilista y explotadora actualmente vigente. Un nombre charrúa para ubicarnos otra vez en la senda antigüista.

 

* Sociólogo-UBA. Miembro del equipo coordinador de la red de comercio justo Pirí-