SIGLO XXI: EL MORTAL COMBAT DEL TRABAJO

Por Mauricio Castaldo* | Fotos: Archivo | Ilustración: Riberas

El siglo XXI trajo aparejada una serie de discusiones en torno a los modelos sociales, sus tensiones y el ‘efecto de normalidad´ que puso en jaque la llegada del coronavirus. Mientras que Europa analiza la utopía de ponderar la reducción de las jornadas laborales en torno a mejorar la calidad de vida e inyectar un cambio a los modelos productivos, Argentina surge como un país con discusiones viejas, recetas a corto plazo y escasas definiciones que marquen un rumbo sostenible ¿Cómo anticipar quién y cómo se define el valor del trabajo para el futuro?


La explotación es producción del tiempo de la dominación

contra el tiempo de la liberación”

Toni Negri**


La crisis del covid, la confirmación del cambio climático y la guerra de Rusia y Ucrania son revelaciones del comienzo histórico del Siglo XXI, de una manera probablemente inesperada. La nueva normalidad del trabajo se parece bastante a la vieja normalidad, pero con el agregado de un aprendizaje forzoso y desparejo del uso de nuevas tecnologías de comunicación. La nueva normalidad laboral se recarga de plustrabajo virtual, en algunos sectores más que otros seguramente, dependiendo de las posibilidades y necesidades estratégicas. Es un desafío político, gremial y cultural reconocer las horas de trabajo virtual como trabajo y conquistar tiempos vitales de descanso real y desconexión también.

En 2014, la lucha social y el debate público logró una ley en Alemania que prohíbe a los jefes enviar mensajes a los empleados fuera del horario laboral, salvo emergencias reales. El trabajo hiperconectado, competitivo y precario en sociedades golpeadas por largos años de ajuste neoliberal, enferma y deprime, tal como lo ha planteado con fuerza el coreano ByungChul Han. Al stress y la depresión psicológica se le suma una impotencia transformada en niveles de un odio ideológico inusitado que nos recuerdan a los años treinta del siglo pasado. Es el mortal combat psicopolítico cotidiano del capitalismo posmoderno.

En Bélgica, Nueva Zelanda, Islandia y otros países ya empieza a tomar forma el planteo de una semana laboral de cuatro días, junto con la reducción de horas de trabajo. La Renta Básica Universal se postula también con más insistencia. En Argentina, en cambio, ciertas iniciativas parecidas necesitan más impulso político, sindical y social. El Primero de Mayo significa un recordatorio para las, los y les trabajadorxs acerca de que la pelea por la liberación de los tiempos de la explotación es fundamental para garantizar la salud, la justicia y la vida.

STAND UP DEL MERCADO Y PLUSTRABAJO EDUCATIVO

La pandemia patentizó desigualdades económicas y sociales, también revalorizó discursiva, contradictoria y violentamente, el trabajo presencial especialmente en el ámbito educativo. Antes del coronavirus, los standaperos del management, márketing, la meritocracia y las charlas TED nos hablaban de un futuro fantástico dominado por las nuevas tecnologías y de la necesidad de adaptarnos a ellas para entrar en ese mundo, ‘su mundo’. Con el desarrollo de la dura cuarentena y la realidad pospandémica, tomamos nota de nuestras limitaciones, nuestras necesidades y también de los delirios ideológicos de aquellos standaperos del mercado y de las grandes corporaciones del capitalismo. Los hechos exigen prudencia, la justa medida en el sentido aristotélico. 

Lo cierto es que una parte importante de la población quedó excluida de la educación virtual, mayormente por la de posibilidades en la adaptación a ese sistema. Fue el enorme trabajo y el compromiso de las comunidades educativas el que trató de mil maneras y por sobre los impedimentos, sostener a cada alumna y alumno dentro del sistema educativo. Pero el drama fue global. Entrevistado en mayo del 2021 por Human Rights Watch, un profesor de secundaria de una zona rural de California, en Estados Unidos, dijo: “Muchos de estos problemas a los que nos enfrentamos con la enseñanza a distancia son problemas con los que nos enfrentamos todos los días en el aula: falta de Internet en casa, falta de recursos, falta de apoyo por parte de los padres en casa, caos en casa, falta de un horario en casa, incertidumbre sobre la comida, incertidumbre sobre la vivienda. No son problemas nuevos. Simplemente se hicieron muy, muy evidentes, cuando de repente, los profesores obtuvieron un asiento en primera fila para verlo en los hogares de estos niños a través de Zoom o del hecho de que no estaban en la escuela”[1]. Asimismo, muchas personas en situación de edad escolar no accedían a plataformas como Zoom o Meet, y hubo que trabajar durante 2021 para recuperar parte de lo perdido desde un punto de vista educativo. Sigue habiendo millones de chicas y chicos en todo el mundo que no pudieron terminar la escuela por causa de las consecuencias que arrojó la pandemia. Los gobiernos presionan a escuelas y docentes con plustrabajo institucional y virtual para recuperar lo perdido. En este proceso, se lanzan nuevos planes de finalización de estudios.

En cambio, lo que se observa como urgente es que es necesario invertir más dinero en educación pública en aspectos como los salarios -que corren desde muy atrás a la canasta familiar y a la inflación-, infraestructura, conectividad, becas, transportes, comedores y más cargos educativos, especialmente de tutores y asesores que amplíen los equipos psicopedagógicos. En este sentido, el INDEC estableció a fines de abril de 2022, que más de la mitad de los/as niños/as en Argentina viven en hogares pobres ¿Cuánta concentración de la riqueza admite la democracia?, se pregunta y nos interpela Ezequiel Adamovsky. La discusión sobre la extensión de la jornada educativa debería darse dentro de este marco político, al igual que los nexos necesarios entre todas las escuelas secundarias y las universidades -que conservan su prestigio académico y son clave para nuestro futuro-. La continuidad del impuesto a las grandes fortunas podría ser uno de los mecanismos financieros que le permita al Estado fortalecer un mayor presupuesto educativo. La justicia tributaria y la distribución equitativa de la riqueza son centrales para enfrentar la especulación y el desequilibrio inflacionarios y forjar una sociedad mejor. La deuda de los gobiernos es, primero, con su pueblo.

LOS NUEVOS FEUDOS DEL BIOPODER Y EL CULTO AL YO

En este escenario un primero de mayo nos exige revisar cuánto del impacto del trabajo virtual muestra el grado de dependencia hacia las tecnologías empresariales monopólicas y transnacionales. No hemos aún generado alternativas estatales y comunitarias a las plataformas como Zoom y Meet del grupo imperial Google, pero la crisis permitió discutir con más fuerza la lógica hegemónica de los dueños de Internet y de las Redes Sociales. En octubre de 2021, una ex empleada de Facebook –Frances Haugen– denunció las políticas de manipulación de la empresa, provocando un fuerte debate político y legal,  empujando al dueño de la corporación a un lavado de cara y de imagen rebautizando la misma como Meta[2]. La denuncia valiente y honesta de Haugen resultó en el puntapié para discutir el rol de las y los nuevos trabajadores de las TICS, el cognitariado y las consecuencias sociales de esa ingeniería laboral digital al servicio del neoliberalismo empresarial y su influencia cultural: egocentrismo, individualismo, mediocridad, competitividad, superficialidad, apatía, endurecimiento de grupos sociales cada vez más cerrados, odio y noticias falsas que además instalan la práctica del engaño –fakenews– desde una óptica falaz del acceso irrestricto a la información y al alcance de todas las personas. La racionalidad instrumental, del dominio y del control, basada en el uso manipulador de algoritmos matemáticos y en la lógica de la máxima ganancia sin importar costos, pone más que nunca a la humanidad contra sí misma y contra la Madre Naturaleza. El desafío es transformar, en base a lucha democratizadora, las condiciones y el sentido ético-político de cada trabajo y de cada vida humana.

EL POTENCIAL LIBERADOR DEL TRABAJO COMUNITARIO Y SUSTENTABLE

Parte de la interpelación mortal que nos dejó el coronavirus puso en valor el trabajo en la salud pública, así como también nos empujó a mirar de otra manera la importancia del desarrollo de la ciencia, la agroecología y la alimentación saludable, la cultura, las energías alternativas, la solidaridad barrial y comunitaria, y en ese punto el sostén que permite la economía social. Todo ello arroja algunas preguntas, ¿hemos aprovechado la oportunidad política para fortalecer económica y socialmente estas tareas? ¿Estamos a tiempo? ¿El aplauso circunstancial en los balcones céntricos de las grandes ciudades resume como metáfora todo el reconocimiento estatal y social al trabajo que se realizó en materia de salud pública? Articulaciones como la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y otras organizaciones populares, siguen reclamando tierra para el/la que la trabaja y la cuida, cooperativamente. Los almacenes sustentables y populares, como las ferias agroecológicas, son una oportunidad estratégica para nuestro pueblo y lo demostraron durante estos años cuando la economía apretó los bolsillos de las familias de la clase trabajadora. La transición hacia la sustentabilidad real sin los discursos del ‘blablá’, es una oportunidad auténtica para recuperar la soberanía política, económica, ambiental, alimentaria, cultural y laboral.

Como venimos señalando estamos en un contexto que muestras sus contradicciones a escala global. Por estos días llegó la noticia de que un país como Dinamarca que cuenta con un alto Índice de Desarrollo suspendió, polémicamente, la campaña de vacunación contra el covid –este país cuenta con  un 83% de la población con una dosis, mientras que el 82% cuenta con dos dosis, porcentajes muy inferiores a la cantidad de personas vacunadas con más de dos dosis en Argentina-. 

La política de salud pública que negoció compras y producción de vacunas en forma multilateral fue importante, pero sobre todo debemos subrayar, retomando la reflexión en torno al primero de Mayo, el trabajo comprometido de todo el personal de la salud así como de las personas que asistieron a la tarea de la recomposición social a través del trabajo voluntario en asociaciones como clubes, bomberos y organizaciones sociales. Esa campaña -tan tensa, tan discutida- sumado al trabajo voluntario nos colocan hoy por encima de países europeos modelos como Dinamarca[3]. Éste debe ser reconocido como un mérito.

Para finalizar, la cita de la socióloga alemana Frigga Haug nos resulta interesante para disparar una pregunta esencial en su propuesta de un modelo humanista que plantea la utopía concreta de “vivir cuatro horas de trabajo asalariado, cuatro horas de un trabajo para nosotros mismos, cuatro horas de cuidado y cuatro horas de trabajo para la comunidad o de trabajo político, como forma de rearticular los modos del hacer y la idea misma de lo común[4] ¿Cuán lejos estamos y cuán imposible sería?


*Mauricio Castaldo es profesor de Historia, egresado del Instituto de Enseñanza Superior de Paraná. Se desempeña como docente en escuelas secundarias de las ciudades de María Grande y Seguí, Entre Ríos, contando además con experiencia de trabajo en el nivel superior. Es autor del libro “Memorias del Agua, la Tierra y el Aula: apuntes entrerrianos sobre nuestra historia, nuestra cultura y nuestra educación”, editado en conjunto por AGMER y Cooperativa El Miércoles y que está disponible para su descarga gratuita (https://agmer.org.ar/index/wp-content/uploads/2020/12/Memorias-por-venir-del-Agua-la-Tierra-y-el-Aula-AGMER-2020.pdf

** Toni Negri, «Ocho tesis preliminares para una teoría del poder constituyente”


Referencias

[1]Sobre la limitación germana a las patronales, ver ALDO MÁS, “Alemania también pide su derecho a desconectar”, El Diario.es, 1/1/2018 https://www.eldiario.es/economia/derecho-desconectar-abre-paso-alemania_1_2978069.html. Una excelente introducción a los trabajos de HAN en el Canal de Youtube del Prof. CLAUDIO ALVAREZ TERÁN, por ejemplo La sociedad del Cansanciohttps://www.youtube.com/watch?v=zPNbDDxysk0&t=93s y Psicopolíticahttps://www.youtube.com/watch?v=PZ7H9SrXDso&t=19s. El avance del debate y la lucha por la reducción de la semana y la jornada laborales en nota de El Cronista, “Semana laboral de cuatro días: cuáles son los nuevos países que se suman y por qué”, 20/2/2022 https://www.cronista.com/internacionales/semana-laboral-de-cuatro-dias-cuales-son-los-nuevos-paises-que-se-suman-y-por-que/. La encuesta de Human Rights puede leerse en “El grave impacto de la pandemia en la educación mundial”, 17/5/2021 https://www.hrw.org/es/news/2021/05/16/el-grave-impacto-de-la-pandemia-en-la-educacion-mundial.

[2]La denuncia de HAUGEN en “Quién es Frances Haugen la mujer que denunció las filtraciones de seguridad en Facebook”, Diario Perfil, BsAs, 5/10/2021 https://www.perfil.com/noticias/sociedad/quien-es-frances-haugen-la-mujer-que-denuncio-las-filtraciones-de-seguridad-en-facebook.phtml?register=facebook. El cuestionamiento de Ezequiel Adamovsky, en “¿Cuánta concentración de la riqueza admite la democracia?, El DiarioAr, 24/4/2022 https://www.eldiarioar.com/politica/concentracion-riqueza-admite-democracia_129_8937172.html

[3]La comparación entre el país gobernado en Borgen y el nuestro, en GABRIEL MICHI, “COVID 19: Dinamarca, primer país en suspender las vacunas”, Paraná, Análisis Digital,27/4/2022 https://www.analisisdigital.com.ar/opinion/2022/04/27/covid-19-dinamarca-primer-pais-en-suspender-las-vacunas.

[4] El planteo político revolucionario de Frigga Haug, en VERÓNICA GAGO y DIEGO SZTULWARK, “No podemos pensar en salvar el planeta si no pensamos la emancipación social”, entrevista de Página 12 a ULRICH BRAND, 23/4/2012