La hora de las pantallas

Por Clara Chauvín | Foto: Archivo Canal UNER TV

Cada vez se consumen más contenidos a través de las plataformas y a pesar de la pandemia hubo un desarrollo incipiente de la industria audiovisual a lo largo del país. ¿Cuáles son las nuevas formas de contar y producir historias para las pantallas? El debate sobre la reciente aprobación de la Ley de Fomento Audiovisual en Entre Ríos aviva el fuego del sector.


A pesar de los malos pronósticos, el 2021 significó un año de gran importancia para la industria audiovisual entrerriana. Entre los principales aspectos no sólo estuvo el de cómo contar las historias o apostar a las nuevas plataformas y formatos. Sino además, los modos de producción y las crisis por las que pasan las realizaciones audiovisuales hasta alcanzar niveles de financiación adecuados que les permitan llegar a nuevos públicos y mercados sin perder la idea original en el camino.

Dos semanas antes de celebrarse la tercera edición del Festival Internacional de Cine de Entre Ríos (FICER), se aprobó la Ley de Fomento Audiovisual, una conquista que fue resultado del trabajo y la militancia conjunta del sector audiovisual en la provincia. Una ley especialmente anhelada que apuntará a promover y respaldar proyectos audiovisuales en las distintas etapas de producción con fomento, capacitación y exhibición. La primera edición del FICER en 2018 fue el espacio de encuentro que permitió comenzar a gestar el proyecto de ley, que fue elaborado de forma conjunta entre la Cámara de Productores Audiovisuales de Entre Ríos (CAPAER) y la Asociación de Realizadores Audiovisuales de Entre Ríos (ARAER). 

El director y productor Sergio Mazza* explicó que en un principio lo que se hizo fue una comparativa de leyes de otras provincias que ya contaban con normativas similares: “Entre las dos asociaciones tenemos miembros en casi todas las ciudades de la provincia, entonces empezamos cada uno a charlar con el diputado de su departamento, pero con la llegada de la pandemia se frenó todo. Sin embargo, el audiovisual durante este tiempo tomó un cuerpo mucho más grande, las plataformas que crean contenidos se convirtieron en el sostén de la pandemia y había que producir mucho. Hubo una reactivación desde el gobierno nacional y desde el INCAA y por primera vez, el audiovisual se paraba en el lugar más grande de las industrias culturales. Las provincias que ya tenían leyes empezaron a crecer a un ritmo muy veloz, sin embargo, desde Entre Ríos estábamos más relegados. Al no tener una ley, todo lo que se filmaba acá eran recursos que se gastaba en otras provincias. Todo esto hizo que el proyecto vuelva a trabajarse en comisiones”. 

Por su parte, el director colonense Guillermo Berger** remarcó la importancia de la industria audiovisual para la generación de empleo y la activación de las economías regionales: “La industria audiovisual en nuestra provincia es muy potente y genera muchísimos puestos de trabajo, a la vez que genera identidad y cultura. Detrás de una película o una serie de televisión hay aproximadamente 600 personas involucradas, tanto en el rubro técnico, guionistas, actores, extras, proveedores de la industria audiovisual y externos. Es un rubro de las artes que dinamiza y atomiza los recursos en toda la sociedad. Por eso es tan importante que esta ley nos permita el apoyo para iniciar este camino, producir más contenidos y poder dar trabajo y dinamizar las economías de las ciudades donde se graba”. 

El surgimiento de cada vez más leyes de fomento en las distintas provincias, es lo que motoriza que la producción audiovisual en todo el país sea cada vez más diverso y de una gran calidad. En ese sentido, el director Nicolás Herzog*** sostuvo: “Entre Ríos es un caso atípico porque, si bien hasta hace muy poquito no teníamos ley, ya contamos con un sector organizado hace varios años. Las provincias que ya tienen leyes de estas características están teniendo cada vez más caudal de producción y eso hace que la cantidad genere también más calidad. El año pasado tuvimos un año increíble con películas entrerrianas, cordobesas o santafesinas en festivales internacionales como San Sebastián, Venecia y Toronto. Y todo eso no es casual porque tiene que ver con que muchos venimos laburando desde hace tiempo y por decantación en algún momento, por fuerza de trabajo, las cosas se empiezan a dar. La ley también es resultado del trabajo y del empuje del sector, siempre en convivencia con el sector público”.

Los nuevos tiempos de las plataformas

La pandemia de 2020 que obligó a la población mundial a aislarse en sus hogares, fue uno de los momentos bisagra que profundizó el consumo de cine y series a través de las plataformas. Este incremento del consumo, a la vez, abrió la puerta a una mayor demanda de contenidos audiovisuales. En ese sentido, Mazza resaltó: “Cada era, cada década, ha tenido su carrera con fuerte salida laboral. Hoy es claramente el audiovisual. Internet, las plataformas y los dispositivos han colocado al audiovisual como el primer consumo cultural. Lo que hacen falta son más plataformas y eso creo que es lo que va a terminar pasando. Podemos analizar el mercado audiovisual en sus distintas etapas, lo que hace es multiplicar la propuesta. Como es tan nuevo todo se creó una hegemonía rápida y un poder de dos o tres plataformas. En los próximos años lo que vas a tener en tu control remoto es un zapping de plataformas. Vas a pasar de Netflix a Disney, a Amazon y de ahí a una plataforma argentina o entrerriana. El desafío de hoy y el desafío de la ley es adaptar nuestros contenidos a las nuevas plataformas que se van a ir creando”. 

Por su parte, la directora Celina Murga**** manifestó que “es un momento complejo; es real que hay mucha demanda, pero no es tan claro del todo qué es lo que las plataformas tienen para aportar” y recordó que aún continúa la espera del impuesto a las OTT para que sea destinado al fondo de fomento audiovisual. “Pareciera que hay más espacios pero todavía no está tan clara la articulación de las plataformas y las productoras y la diversidad en cuanto al cine. Otra cuestión es que pareciera que hay más opciones porque los catálogos son enormes, pero a la vez si te pones a hilar más fino, en términos de narrativas, géneros o tipos de películas, no es tan diverso. Hay algo que es un poco homogéneo respecto de cómo son las películas, cómo son las estructuras narrativas, qué tipo de personajes, historias, ritmo o imágenes. Entonces, pareciera que hay un montón pero si ese montón es más de lo mismo, no está tan bueno a nivel cultural”. 

Voces que emergen 

El lugar de mujeres y diversidades dentro de la industria audiovisual también significó un campo de batalla para el reconocimiento, el aumento de la participación y la visibilización de nuevas problemáticas. Respecto a esto, Murga dice que en Argentina siempre han habido muchas directoras mujeres, pero que no era algo parejo en relación a la cantidad de directores varones. “En los últimos años, y de tanto poner sobre la mesa la necesidad de generar esa equidad e igualdad, se abrió la cancha y se va permitiendo que haya más mujeres en distintas áreas del cine, no sólo en la dirección sino también en rubros técnicos como cámara, fotografía o sonido, que parecían ser espacios muy excluyentes. Suelo señalar algo que me parece importante, no solamente en el cine sino también en todos los espacios laborales, porque a nosotras siempre se nos ha exigido más. Me gusta hacer la pregunta ¿Cuántas películas malas hechas por varones hay y cuántas películas malas hechas por mujeres hay?. Queremos hacer buenas películas pero también poder equivocarnos, que alguna película salga más o menos. Esa va a ser la verdadera medida para mí, cuando haya tantas películas malas hechas por mujeres como por hombres. Ahí vamos a estar bien”. La aparición de otras miradas y formas de narrar también está generando transformaciones dentro del cine argentino para contar historias desde nuevas perspectivas. “Siento que hay una necesidad muy grande de hablar de la libertad, sobre todo en término de género, de diversidades, de formas de vida menos dogmadas. Cuestiones que hay que reconocer que viene de la mano del feminismo, es un momento de movimiento telúrico profundo respecto de las estructuras en las que hemos estado viviendo. Eso es algo que está muy fuerte en el cine y que me parece muy valioso”. 

Para Mazza, estos tiempos inauguran una nueva etapa en el cine argentino: “Hay nuevas generaciones con una gran presencia de paridad de género, de películas relacionadas con un cambio necesario de pensamiento social. Están apareciendo muy fuerte todos los reclamos sociales de los últimos años en la pantalla, que no aparecían hace 2 o 3 años y que ahora se están haciendo realidad. Nos podríamos preguntar ¿entre el Nuevo Cine Argentino que se pudo extender hasta el 2010 y hasta el 2020 con este nuevo cine qué pasó? Son estos cambios de paradigmas que empiezan a aparecer con los últimos indicios de un cine y los inicios del nuevo. De los 80 proyectos que recibimos en el Mercado Audiovisual del FICER, vimos una enorme carga de un nuevo cine, de una nueva lógica de pensar las estructuras de los personajes, sus demandas y lo que se intenta volcar como reflexión narrativas”.

El surgimiento y diversidad en los contenidos también va de la mano con el desarrollo de un cine federal y con más protagonismo de las provincias, un aspecto importante que Herzog remarcó especialmente: “Argentina es un país muy grande y amplio, con regiones muy distintas entre sí, con lo cual a mi me cuesta hablar de cine argentino como una entidad madre que nuclea algún tipo de formas de hacer. Somos reconocidos en el mundo porque tenemos características particulares, las películas que nos encomendamos hacer las hacemos, tenemos mucha presencia en festivales, una mirada sobre nuestra historia bastante clara y estamos atravesados por cuestiones políticas. Todo eso se está viendo con un crecimiento exponencial en el cine federal y eso que existen disparidades. El presupuesto del Instituto del Cine va un 90% al AMBA y el 10 restante a las provincias. Así y todo vemos que están surgiendo directores y directoras en Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones. En Entre Ríos particularmente hay un cine atravesado por la imaginación, quizás tenga que ver con nuestra tradición poética, con nuestra historia, paisajes, cultura y algo de lo fantástico, del género, de lo político, de cierto riesgo con respecto a las narrativas. Hay un diálogo también que se empieza a dar entre las películas y los directores que se retroalimentan. Me parece que la diversidad es como el caballo de batalla”. 


*Sergio Mazza es director, guionista y productor y es presidente de CAPAER. Dirigió películas como El gurí, Vergara y One shot.

**Guillermo Berger es director, guionista y productor. Es presidente de ARAER y forma parte de El Buey Solo, productora de realizaciones como Artesanos, La persuasión, Ando cantando y Todo para mí.

***Nicolás Herzog es director, guionista y productor. En 2010 fundó la productora Rumba Cine y dirigió Orquesta roja, Vuelo nocturno y La sombra del gallo.

****Celina Murga es directora, guionista y docente. Dirigió Una semana solos, Ana y los otros y La tercera orilla.