La extensión y el desafío de la universidad popular

La coyuntura política latinoamericana le exige más que nunca a la universidad pública profundizar la inclusión social. La curricularización de la extensión surge como una de las estrategias de articulación con diversos actores sociales, valorizando el territorio y reconfigurando el sentido de lo popular. 

 

Por Humberto Tommasino* | Fotos: Sub Cooperativa de Fotógrafos y Colectivo Manifiesto

 

La idea de curricularización de la extensión no es nueva, sino que forma parte de los últimos veinte años en las trayectorias de nuestras universidades, especialmente en la experiencia argentina y uruguaya. Se trata de dejar de concebir a la extensión como una actividad, una función sustantiva basada solo en proyectos que sean voluntarios y que pase a ser una actividad curricular que esté ubicada en los tiempos formales de los docentes y de los estudiantes.

Hay dos formas de curricularizar la extensión. Una es darle créditos a una serie de actividades que los estudiantes hacen, que sería una especie de curricularización mediante la creditización. En ese sentido, la hemos alineado a las prácticas socioeducativas donde hay un espacio, que inclusive puede ser obligatorio en la carrera,  al cual se le da crédito y eso curriculariza la extensión, en el marco de un lugar determinado de la carrera. La otra vertiente que se implementó en la Universidad de la República (UDELAR), en Uruguay, así como en otras universidades de Argentina, es que las distintas disciplinas de la carrera, inclusive desde primer año, incluyan la extensión en su forma de trabajo, tanto docente como  estudiantil. Esto determina que la curricularización no transcurra en un solo lugar sino que aparezca durante toda la formación de los estudiantes desde las distintas disciplinas.

En síntesis, esto ha empezado a tomar fuerza en los últimos diez años y opera en dos modalidades: una es darle créditos a actividades que antes no lo eran y de alguna forma curricularizar mediante la creditización; y la otra, es incorporar la extensión en las prácticas curriculares de la disciplinas, incorporadas como una dedicación formal en la práctica del docente y de los estudiantes.

Esto ha crecido en los últimos tiempos, muy notoriamente en el caso de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Un  grupo importante de docentes de universidades argentinas y uruguayas hemos visitado varias universidades a través de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria (ULEU) y sobre todo hemos participado de los últimos encuentros. Voy a especificar tres modalidades: por un lado están los Congresos Nacionales, en los cuales hemos participado con experiencias de Argentina, Paraguay, Uruguay y Centroamérica; por otro, los encuentros de la Asociación de Universidades Grupo Montevideo (AUGM) en una línea de trabajo muy importante y por último, pero no menor, los Congresos latinoamericanos que se realizan cada dos años. El último se celebró en 2015, en Cuba, mientras que próximamente se hará en Managua, Nicaragua.

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La línea de trabajo en común que tienen todos consiste en revisar cuál es el nivel de notoriedad que han adquirido los avances en materia de extensión universitaria. Si bien entendemos que son altos, ya que podemos observarlo en estas recorridas que hacemos por América Latina, especialmente en Argentina hay una serie importante de universidades nacionales que realizaron convocatorias a proyectos de curricularización, planteándola como una exigencia a los equipos docentes. Notoriamente UNER avanzó muchísimo en los últimos seis años con una serie de proyectos. A esta oleada, se sumaron otras universidades como por ejemplo UNR, UNL, UNLP, UNCuyo, MDP, y en las costas rioplatenses, también está la experiencia de la UDELAR.

En este sentido, la influencia que recibieron estas universidades desde la Reforma Universitaria, que nació al calor de las expresiones estudiantiles y políticas en Córdoba, tiene mucha relevancia para América Latina. Así lo atestigua lo que será la participación de universidades nacionales argentinas en el próximo Congreso de Managua. Podemos decir entonces, que es un evento que comienza a hacerse continental, latinoamericano.

Re-pensar el modelo universitario

Reflexionar sobre la extensión vinculada a lo cultural, a las prácticas de los docentes y de los estudiantes, implica re-pensar el modelo universitario. De alguna manera lo cuestiona, lo interpela, lo coloca de frente a realidades personales que no necesariamente las universidades siempre tienen, porque en cambio, lo hacían desde una perspectiva más academicista. No es sencillo pensar en este avance de manera rápida porque lo que estamos señalando es que hay un modo de interpelación agudo a la universidad.

Estamos frente a una coyuntura que es la de las privatizaciones, de la mercantilización de la enseñanza universitaria, terciaria y superior, de una afectación fuerte a la universidad pública en los últimos tiempos. Más allá de que asistimos en los últimos años a un proceso expansivo de la universidad pública de la mano de gobiernos progresistas; lo cierto es que actualmente estamos ante una fase de reflujo en donde se alían dos cuestiones muy importantes a considerar: la mercantilización de la educación en todo el mundo, y en América Latina en particular; y el retroceso de los gobiernos progresistas en la región tras el avance de los procesos neoliberales.

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Lo que estamos señalando es que los avances neoliberales a nivel global, implican una privatización de las instancias públicas. Estamos frente a una etapa para pensarla con mucho cuidado y compromiso por parte de la universidad pública, ya que la dinámica social cambiante impide prever con certeza el futuro. En este sentido, podemos observar lo que sucede en la actualidad en Brasil como algo muy definitorio para el escenario continental: el llamado a elecciones directas puede significar el retorno de un gobierno que reconfigure el panorama latinoamericano. Lo mismo sucede respecto de Venezuela, sus definiciones en términos políticos, consisten en una fase muy importante para América Latina. Esto nos indica que las instancias y coyunturas nacionales de nuestro continente definen el escenario internacional. Tal es así que los contextos con avances populares están en peligro, además de que no se construyen fácilmente.

En este sentido, pensar a la universidad en su coyuntura es no sólo de relevancia para nuestra tarea, sino de urgencia para nuestros pueblos. Las instancias latinoamericanas como las de Managua, nos exigen reflexionar en torno de detectar cuáles son los avances que nos permitan ir en la dirección de una universidad vinculada a las construcciones populares de América Latina, integrando a la población mayoritaria de nuestro continente, junto a las organizaciones y los movimientos sociales. Consisten en oportunidades para pensar y re-proyectar un trabajo conjunto hacia una universidad que debiera ser mucho más popular, de lo que actualmente es. Incluso a pesar de los esfuerzos enriquecedores de las trayectorias universitarias de Argentina y Uruguay en términos de cogobierno, autonomía, gratuidad y libre acceso, entre otras. Nos referimos a que aún tenemos pendiente darle un sentido popular, que a pesar del legado de la Reforma, hay que profundizar.

Finalmente, la mejor herencia reside en que la formación de los estudiantes sea cada vez más crítica, y no en cambio, que se construya meramente desde la formación técnica, que en muchos casos, es lo que hacemos. Basta con observar una panorámica de la universidad latinoamericana para afirmar que la formación es básicamente técnica, escasamente interdisciplinaria, apenas crítica, insuficientemente global, y en general, no está vinculada al compromiso universitario, sino fundamentalmente, a unas destrezas formativas técnicas, inclusive en las áreas sociales. El mejor sentido que podemos asignarle a la Reforma, es reconfigurar la universidad hacia una perspectiva popular.

 

*Es Doctor en Medicina y Tecnología Veterinaria de la Universidad de La República (UDELAR), de Montevideo, Uruguay. Pro Rector de Extensión Universitaria de UDELAR. Presidente de la Unión Latinoamericana de Extensión Universitaria, 2007-2009. Es uno de los principales referentes en Latinoamérica en materia de vinculación y extensión.