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Mercedes Marcó del Pont, Bernardo Kosakoff, Eduardo Levi Yeyati y Mario Rapoport* | Fotos: Ignacio Yuchark y Bernardino Ávila

Cuatro economistas analizan el modelo de desarrollo, los principales problemas en el crecimiento, la deuda externa y los procesos inflacionarios que se vivieron durante los siglos XIX y XXI para concluir cuáles son las metas y salidas realistas en Argentina.

 

DESARROLLO Y CRECIMIENTO

Mercedes Marcó del Pont

“Los pilares del desarrollismo tienen que ver con la industrialización, la transformación de la estructura productiva y también tiene que ver con algo que -mirando críticamente lo que fue la experiencia del kirchnerismo- es el tema de los ritmos del desarrollo, la necesidad de planificar que ese ritmo sea acelerado, porque sino, la brecha tecnológica, la productividad entre los países subdesarrollados y los centrales, se agranda día a día. Hay que incorporar un ingrediente más, y es que estamos viviendo un capitalismo financiarizado, es decir, estamos viviendo un proceso de globalización financiero donde el capital y su tasa de ganancia, no proviene de la producción de bienes y servicios (de la economía productiva) sino de la valorización financiera, la creación de la riqueza ficticia”.

(…) La idea del desarrollismo tiene que ver básicamente con transformar nuestra matriz productiva y la forma en la que nos insertamos en la economía mundial.  La discusión del desarrollo tiene que ver con algo novedoso que introdujo, también Frigerio, y fue el rol de la industria básica. Esta idea sigue vigente -algunos dicen que el tema del desarrollo no pasa más por las grandes chimeneas sino que pasa por los servicios-. Cuando miro las economías desarrolladas más tardíamente industrializadas, como pueden ser las de Asia (China específicamente, se advierte el rol que tienen esas industrias, las siderurgias, las petroquímicas, la industria de la fundición. Como, de la mano de esas industrias básicas se generan efectos multiplicadores en la generación de capital. Esta discusión que se daba entonces sigue vigente para la realidad actual.

(…) Rogelio Frigerio pensó cómo transformar nuestra matriz productiva, lo que también discutieron otros economistas de la CEPAL como (Raúl) Prébsich, quienes tomaron el tema del intercambio desigual, esta idea de vender barato y comprar caro; y la necesidad de la industrialización: la matriz productiva y la forma en que nos insertamos en la economía mundial”.

Bernardo Kosacoff

“El desarrollo económico trata de ver cómo generamos las reglas de juego y los incentivos adecuados para que se pueda lograr la convergencia, en los niveles de equidad, de productividad y de bienestar que tienen las sociedades más avanzadas. En este sentido, lo que aparece con claridad es que la Argentina después de algunas décadas de desempeño muy exitoso, tiene una larga historia donde no tuvo la capacidad de crecer en términos de productividad.  Quizás el tema central que considero muy determinante, y obviamente no es el único, es este rasgo tan idiosincrático que es su volatilidad. ¿Qué es la volatilidad? Una economía que tiene una capacidad notable de generar riqueza, de hecho la  generamos de forma más acelerada que nuestros vecinos latinoamericanos, pero no la podemos mantener. Después de los períodos de expansión, tenemos ajustes muy violentos. Entonces, mientras los países que han crecido de forma sostenible, con distintas tasas de crecimiento pero en donde los agentes económicos tienen una percepción de cuál es su ingreso a largo plazo, cuando vemos los gráficos de la economía argentina nos encontramos con un serrucho o una montaña rusa: cuando crecemos, lo hacemos mucho y cuando caemos lo hacemos profundamente, pero en promedio hay niveles notablemente estancados.

(…) La condición primaria es que tengas consistencia Macro. Si la semana que viene vas a tener una crisis, nadie va a invertir en activos específicos y poner una línea de producción, tomar personal, tener una trayectoria tecnológica o tratar de ganar un mercado externo; porque lo único que le va a dar es pérdidas. Para eso es fundamental tener una Macro que sea consistente. Es una condición necesaria pero no suficiente. Ésta es la complejidad del desarrollo económico: cómo aceptar la consistencia Macroeconómica para el desarrollo. Y en este sentido, aplicar los instrumentos a la estructura industrial argentina que es notablemente compleja. Hay una total correlación entre el aparato productivo, la estructura social y las capacidades de los recursos humanos.

Argentina tiene un sector muy moderno y competitivo que pocas sociedades tienen. Existe en toda la bio-economía: en las grandes plantas de insumos industriales, en la minería, en los prototipos de reactores nucleares que exporta INVAP, en varios sectores de la industria alimenticia, en la capacidad del sector automotriz o en el mundo farmacéutico. Argentina tiene alrededor de unas 500 empresas que básicamente son las que nos garantizan las divisas, pero ahí se ocupa menos del 25% de la mano de obra. Entonces hay que romper los falsos dilemas primero entre el mercado interno y el mercado externo”.

Eduardo Levy Yeyati

“A la Argentina le cuesta vender cosas al mundo, le cuesta exportar; más allá de los productos primarios que son muy productivos, tecnologizados y extraordinariamente dinámicos, eso no nos alcanza. Con esas exportaciones a veces nos da para bancar, promover o subsidiar la industria, como pasó en los ´60. Hasta que creciste tanto que las importaciones que necesitabas no alcanzan y ya no tenes divisas del sector primario y llegaste a chocar con la recesión externa y después llegan un sinnúmero de crisis. De hecho parte de la crisis que vivimos en 2018-2019 tiene que ver con un déficit de cuenta corriente: la gente se asusta y se va. Una crisis de liquidez financiera. Es una característica que tendremos que subsanar si queremos crecer. Actualmente, no podemos crecer más de 1% sin generar un problema de cuenta corriente.

La otra característica de Argentina es, precisamente por esto. Sabemos que el tipo de cambia sube de manera brusca y tenemos ahorros en pesos y eso no implica que usemos el dólar para transar. Transamos en pesos y ahorramos en dólares y es un tema muy importante para entender porque no hubo hiperinflación en el 2002 porque le hiper requiere que uno no transe en pesos. Vos no tenes pesos en la billetera pero tenes muchos dólares en el banco y eso genera una gran volatilidad en el tipo de cambio y repercute en la exportación porque el tipo que exporta sabe que el tipo de cambio está en cualquier lado y no en el lugar indicado, entre dos, tres, cuatro años, y entonces se producen esos cortes en el mercado interno. Desde el punto de vista macroeconómico, esas son las dos características principales.

Con ese contexto, políticamente, la política económica es bidireccional, la política tiene mucha dispersión: tipos que protegen, regulan la economía, tratan de contener el tipo de cambio hasta que eso explota, tipos más liberales que alimentan los espíritus animales, tenes muchísima volatilidad que hacen que  las inversiones no lleguen. Pero los dos problemas son estos: incapacidad de generar exportaciones y, a raíz de esto, la fragilidad de nuestro ahorro en pesos que hace que tengamos mucha volatilidad, muchas crisis cambiarias, stress cambiarios”.

Mario Rapoport

“La actualidad es un reflejo de lo que fue la Argentina agroexportadora y que Macri quiere reimplantar. Desde el punto de vista histórico sobre cómo empezó esta historia en Argentina, la idea de la decadencia argentina, fue introducida en los ´60 por Roberto Cortez Conde, acerca de que la Argentina no podía gobernarse a sí misma económicamente y que había que ceder la economía económica a un organismo internacional y es lo que hizo Macri. La decadencia para ellos es cuando empezó la distribución de ingresos y la industrialización por eso quieren volver al modelo agroexportador. Lo que muestro es que este modelos en el mundo no tiene sentido porque no es más el gran comercio de materias primas contra productos manufacturados sino que es más complejo por la globalización con productos individualizados, con la introducción de las nuevas tecnologías. Argentina necesita retomar la industrialización con respecto a los mercados internos.

(…) El problema esencial en nuestro país está en la propiedad de la tierra, y en quienes se apoderaron de la tierra que fue la famosa oligarquía argentina. Por ejemplo en Australia, la corona inglesa repartió las tierras y les dio los medios para subsistir así como les permitió cierto grado de desarrollo. En Canadá, varias provincias enteras fueron entregas a los inmigrantes de forma gratuita. En cambio, el sistema oligárquico en Argentina fue excluyente. El llamado granero del mundo, que ciertamente lo critico, fue sólo para estas personas. (Mauricio) Macri muestra unas cifras de la OSD que son falsas, porque Argentina no tuvo cálculo del PBI hasta la década del ´40. Es mentira decir que Argentina fue el país más rico del mundo porque por otro lado tenía grandes niveles de pobreza como se demuestra en el Informe de Bialet Massé de 1904”.

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DEUDA Y CRISIS INFLACIONARIA

Mercedes Marcó del Pont

Tenemos un problema serio en materia de estructura productiva. En la etapa del kirchnerismo no se vió porque teníamos muy buenas condiciones internacionales y recién comenzamos a notarlo hacia 2011 cuando se da la caída de los precios internacionales materias primas. Lo que supone un esfuerzo por la transformación de la matriz productiva: un cambio en la forma en que Argentina se inserta en el comercio internacional. El tema de la matriz tiene que ver con la cuestión energética y esto sigue siendo un desafío, cómo producir la energía suficiente para transformar el proceso de industrialización. Agrego un dato, y es la fuga de capitales y la naturalización del bi-monetarismo. No es un adato menor y es lo que ha hecho precipitar la crisis del modelo económico de Macri. Ellos plantearon una lectura equivocada de cómo estaba funcionando el mundo: la desregulación absoluta y liberalización de la cuenta capital, liberalización del mercado de cambios, apertura comercial, desregulación financiera y los dólares no vinieron. Lo que sucedió es que se fueron los excedentes que se generan en la Argentina con la dolarización doméstica. No es una discusión en términos de restricción, porque digo esto y pensamos en el cepo, sino que implica pensar de dónde van a salir los excedentes para transformar nuestra estructura productiva. Esto también le pasó al kirchnerismo. Ahora el problema no es sólo el intercambio desigual sino también la fuga. Desde las colocaciones de deuda de Caputo hasta el préstamo del FMI, ¿qué quedó en Argentina en términos de mejoras de capacidad de repago?, nada. Este es un problema que tenemos que discutirlo como sociedad.

(…) Me preocupa el bi-monetarismo porque es un condicionante muy fuerte. ¿Cómo se aborda el problema de la desdolarización en Argentina? Es un problema casi cultural. La industrialización es cada vez más difícil porque se han achicado los grados de libertad para hacer políticas autónomas, me refiero a subsidios, a la regulación del comercio y generar protecciones arancelarias. (…) Hay muchas falsas dicotomías, la del campo–industria es una de ellas. La discusión es que el desarrollo logra armonizar los intereses del sector empresario y los de la clase trabajadora, los intereses del sector agropecuario con los de la industria. Hay una contradicción entre el neoliberalismo y el desarrollo, no hay espacio y lo muestra la experiencia histórica. El desarrollo sólo se da por el funcionamiento del libre mercado y lo que debe asumir un Estado es orientar el proceso económico, fijar las prioridades, regular, identificar cuáles son los actores que deben participar en ese periodo. Ese es el gran desafío hacia adelante.

(…) Hay que hacer un esfuerzo por darle objetivos muy claros al fortalecimiento de la banca pública, que van a contramano de lo que está haciendo el Gobierno que está descapitalizando el Banco Nación: su rol fundacional es el financiamiento del desarrollo económico de las economías regionales. Es una locura lo que ha hecho el Banco Central de liberar a los ahorristas a que cambie sus depósitos al mejor postor, desde la perspectiva del funcionamiento de un sistema bancario en función de los objetivos de desarrollo es pésimo y está impregnado de la lógica de financiarización. Esos fondos deberían intermediarse a la producción, hoy esos fondos están yendo a las Lelics que colocan los bancos.

Bernardo Kosacoff

“Fuimos una economía cerrada en la década del ´30 hasta finales de los ´70, ahí están todas las explicaciones claves que tienen que ver con la restricción externa. La incapacidad que tenía el sistema económico de generar las divisas suficientes para financiar el crecimiento de largo plazo, es que requería de divisas que el aparato productivo no le podía generar. Esta restricción externa explica perfectamente los ciclos de stop and go y los ciclos económicos (…) Cuando la economía argentina se abre al mundo, y cambia el modelo de organización productiva y pasamos del fordismo al toyoitismo (…), ahí la Argentina tenía que transitar una muy difícil situación: a la tradicional restricción externa, cómo pasar de un modelo de economía semicerrada a un modelo de economía abierta, en donde estaban todas las turbulencias macroeconómicas y la necesidad de la estabilidad, por eso era condición fundamental frenar los procesos inflacionarios. Y al mismo tiempo, cómo transitar de los viejos modelos de organización a los que surgieron ene se momento y que hoy se denomina la “tercera revolución industrial”. Esto la economía argentina no lo pudo transitar y a la restricción. externa se le sumaron estos movimientos procíclicos de la entrada de capitales. (…) Creíamos que éramos ricos y crecían los consumos públicos y privados, después no podíamos pagar esto, y cuando llegaba la crisis y necesitábamos la ayuda financiera, en lugar de tener la ayuda financiera llegan el sudden stop el no acceso a los mercados internacionales y teníamos que pagar los intereses y las deudas que acumulamos y que no sirvieron para reformas estructurales sino que sirvieron para financiar consumos públicos y privados que no eran sostenibles. La deuda externa pegó fuerte en los ´80 con una destrucción permanente de todo el funcionamiento del sector público que perdió calidad en la ejecución y en la evaluación de sus políticas. Como operaba básicamente con gastos corrientes, se perdió la inversión y hubo un deterioro notable de todas las políticas sociales que teníamos en los años 50, 60 y 70, que llevaban a la inequidad de la sociedad argentina. Una sociedad que era notablemente equitativa y que tenía niveles de bienestar social parecidos a los de los países desarrollados, rápidamente entró en el sendero latinoamericano”.

BernardoAvila

Eduardo Levy Yeyati

“Creo que los mercados internacionales te generan contagio y son fuente de volatilidad, sobre todo en países como la Argentina, donde los capitales que entran son muy especulativos porque nadie ahorra en pesos, salvo que le prometan una ganancia extraordinaria. De ahí a poner una barrera tradicional como en los ´60 me parece que hay una gran distancia, es necesario aprender a convivir con eso y pensar en medidas inteligentes de intervención, que acompañen estos flujos y que los vayan conteniendo más que prohibiendo. De hecho, alguna intervención cambiaria, algunas normas provinciales o del Banco Central van en esa dirección. (…) Respecto a la deuda externa, hay dos cosas a tener en cuenta. Una que el mercado de capitales nunca te disciplina. Se vio en los ´60, ´70, ´80 con los petrodólares, los bancos prestaron más de la cuenta y cuando pensabas que los bancos habían aprendido, se creó el (Plan) Brady  y lo que hizo fue cambiar el prestamista. Esto generó los ciclos reales: cuando creces te llenan de capitales y te ofrecen un montón de carpetas de préstamos a interés muy bajos y cuando le cosas viene mal salen todos juntos. Entonces, el mercado nunca te disciplina. Por otro lado está la decisión política; No podes crecer más del 1% sin generar un déficit de cuenta corriente. La única forma que tenes de crecer más es generar un déficit de cuenta corriente pagándolo con deuda. Si el mercado no te disciplina y el gobernante tiene todos los elementos para ganar las elecciones a expensas del futuro, entonces vamos a tener ciclos donde creces fondeado con deudas y en algún momento se te acabó la liquidez, te piden que repagues la deuda y ahí tenés una crisis. Esto, de manera muy simplificada es lo que sucede desde mediados de los 70.

(…) Si impusieran por ley la posibilidad de endeudarse vas a tener una actitud distinta en términos de desarrollo, mi impresión es que vamos a endeudarnos de otras formas: con el mercado doméstico o vas a financiarte con inflación, o con sustitución inter temporal bajando el nivel de inversión pública para distribuir más directamente al bolsillo de los votantes. Hemos visto ejemplos de esto. La deuda no es un problema, sino que no terminamos de advertir la urgencia de generar esas nuevas exportaciones. Los tramos de la deuda son cortos pero no tenemos tiempo para nada: si haces un ajuste de consumo, si reducís salarios, tenés una depresión y recesión. El problema de las exportaciones tiene que ver con el tipo de cambio, la inflación, y lo que atenta contra la productividad como un mercado laboral muy regulado, un exceso de impuestos”.

Mario Rapoport

“El mundo está en este trípode: Estados Unidos, China y la Unión Europea aunque dividida. El problema es que el mundo abandonó el esquema productivo para ir a un esquema financiero. (…) En la economía argentina hay fallas porque la clase dirigente argentina sigue siendo conservadora y agroexportadora y boicoteó todo lo que pudo. Desde Alsogaray, Krieguer Vasena, hasta la última dictadura militar, pasando por Cavallo y el Macrismo, como broche final de este sector. Por un lado, esto sucedió por los factores internos que detallo y por otro lado, por factores internacionales. La polémica que señalo (en mi libro) entre Prebisch y Rockefeller cuando éste último quiso cerrar la CEPAL y echarlo a Prebisch, nos muestra cuál fue la actitud de las finanzas norteamericanas ya en aquel momento (década del ´60) que luego se amplió. Entonces lo de (Donald) Trump con China no es una casualidad.

(…) El mundo de las finanzas no nos quiere. Temas como el canje de la deuda,  o el pago de los fondos buitres, por ejemplo, cuando Macri hizo esa puesta en escena llamando a economistas para que opinen, me opuse rotundamente al pago de esa deuda. (Macri) le hizo ganar a los fondos mil usd por cada título, que valía 100 y que ellos compraron a 2. Entonces el problema de la deuda externa en Argentina tiene estas dos variables, por supuesto Estados Unidos y su política y por otro lado, ésa oligarquía argentina que vivió de la deuda externa y de la fuga de capitales. (…) Fuga que tuvo un fuerte endeudamiento con Martínez de Hoz y Cavallo y luego en el periodo del kirchnerismo hubo una debilidad, que quizás intentó parar Cristina, que se llevó las ganancias de los términos de intercambio. Ahí están las dos fuentes de ingreso importantes que están en los paraísos fiscales y es casi similar al PBI de la Argentina. Es decir, entre las empresas extranjeras y el capital extranjero se nos robaron medio país. El único gobierno que tuvo deuda cero fue la primera presidencia de Perón.

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EL FUTURO DE ARGENTINA

Mercedes Marcó del Pont

“El desafío que vamos a tener es el problema de una economía muy endeudada, reservas que no van a estar porque son prestadas, vamos a tener que administrar la escasez y fijar las prioridades. En relación al uso de los dólares esto implica vincularse al mundo de la producción y no de la financiarización. (…) Estamos viviendo un mundo de globalización financiera donde la modificación de la estructura productiva es cada vez más difícil porque se han achicado los grados de libertad para hacer políticas autónomas, toda la institucionalidad y  el proceso de multilateralismo ha generado instituciones que conducionan a los países subedesarrollados a lo hora de tomar decisiones autónomas: me refiero a la regulación del comericio, de subsidios y protecciones arancelarias. Es decir, se han acotado en relaciona lo que hcieron en su momento los países desarrollados. Es lo que el economista Ha-Joon Chang llamó “patear la escalera”, son las políticas y decisiones que tomaron los bancos centrales que promovieron sus procesos de desarrollo -hasta no hace tanto tiempo-. Hay una contradicción entre neoliberalismo y desarrollo, y lo muestra la experiencia histórica. El desarrollo sólo se da por el funcionamiento del libre mercado y lo que debe asumir un Estado como prioridad (con espalda política) es orientar el proceso económico, fijar las prioridades, regular, identificar cuáles son los actores que deben participar en ése período. Ése es el gran desafío hacia adelante.

(…) En este último tiempo, se podrían haber tomado decisiones en relación a las mayorías y no a las minorías del capital financiero. Hacia adelante va a ser difícil, pero hay que encarar la renegociación de la deuda de manera consistente con las posibilidades de crecimiento, la búsqueda del equilibrio fiscal con volver a tener inversión pública, salud, ciencia y técnica en la Argentina; encarar la recuperación del salario y la rentabilidad empresaria pero que no redunde en un conflicto distributivo inflacionario, encarar las prioridades de la inversión en el sector industrial y energético”.

 Bernardo Kosacoff

“Es fundamental ese mercado externo y tenemos que tratar de tener la estrategia de desarrollo en donde incentivemos la producción y las importaciones, pero al mismo tiempo hay que revalorizar el mercado doméstico. Y la Argentina tiene un mercado doméstico que es sumamente interesante. Somos la tercera economía de América Latina, y estamos entre las primeras diez economías fuera de los países desarrollados. Eso es lo que general las ventajas competitivas dinámicas, para seguir creciendo tenemos que tener la estrategia de la internacionalización.

(…) Las crisis son mecanismos donde todo está desacomodado y donde los pobres se encargan de financiarlo, eso nos dio esta vergonzosa exclusión social que vive la Argentina. Fundamentalmente debemos superar la votalidad, los próximos veinte años crezcamos al 3% y generemos empleo, posiblemente Argentina no sea el paraíso pero ganaríamos notablemente en términos del bienestar de la mayoría de la población. Esto hay que hacerlo colectivamente, en el marco de la democracia. Es fundamental la construcción de una nueva institucionalidad y un desarrollo sostenible, tenemos las condiciones para hacerlo. Es necesaria una sociedad que premia a la gente que trabaja, que innova, superar las condiciones de pobreza. Es importante transitar este camino, aunque difícil, tiene como punto de partida la consistencia Macro pero lo que requiere es una agenda de desarrollo. El centro de atención de las políticas es el enorme potencial con los jóvenes, entonces ahí viene la cuestión de la educación como un aporte importante para el desarrollo económico”.

Eduardo Levy Yeyati

“Es una pregunta abierta y no creo que haya un sector o una actividad para pensar el crecimiento. Posiblemente falta un Gobierno que oriente cuáles son las actividades hacia el futuro. Son muchos factores que podríamos listar en un diagnostico pero ¿cómo corregirlos? Creo que exige una discusión pública amplia que implica una reforma tributaria, reformas laborales, políticas cambiarias, políticas inflacionarias.

(…) Tenemos que negociar en una mesa con los gobernadores, con las regiones. Negociar los desvíos en relación a la coparticipación, esas articulaciones (que no son organismos formales) deben ser continuas para tener un consenso que permita viabilizar una política pública. Y esto en Argentina está ausente, la discusión del presupuesto es nacional, por lo cual la construcción del presupuesto implica todas las discusiones previas.

(…) El intento de fines de 2016 en apelar a una versión moderna, de lo que los economistas interpretamos como neoliberalismo ochentista, fue la creencia en el ofertismo, es decir le saco el pie al sector privado, le bajo los impuestos y el sector privado va a florecer espontáneamente; y el del derrame hacia una sociedad más equitativa, fue una visión muy anacrónica pero fue un fracaso que dejó al Gobierno de Cambiemos herido de muerte. No está muy claro lo que Cambiemos representa, si uno pregunta sigue siendo el no kirchnerismo. El momento de construir una estrategia y sondearla era fines de 2016 pero se priorizó convalidar lo seguro que era desbancar al peronismo con las elecciones de 2017 (algo que era irreal). En un contexto de crisis es poco lo que podés hacer. El problema con el Fondo va a ser durante muchos años. Cuando nos va mal sube el costo financiero, ternes que ajustar en el peor momento y no tenés forma de fondear un impulso fiscal y la política se vuelve pro cíclica, ajusta cuando deberías expandir. El Fondo lo único que hace es evitar que tengas que ajustar mucho más.

(…) Mi expectativa es que haya progreso social, es decir, movilidad social con educación pública que a medida que vayas creciendo achique las diferencias, querría que no hubiera un porcentaje de la población activa racionado del mercado laboral, que la gente tuviera la expectativa de que en el futuro va a estar un poco mejor. Creo en una Argentina que promueva estas cosas. Venimos fracasando en promover la movilidad social”.

Mario Rapoport

“Hay que entrar en conflicto con el sector del campo. Hay un libro que estoy leyendo sobre el sistema fiscal e impositivo en Argentina y hay una frase de Benjamin Franklin que dice que hay dos cosas inevitables en la vida de una persona, la muerte y el pago de los impuestos, y el autor del libro dice: “salvo en el caso de Argentina” e incluso pone el ejemplo de Franco Macri con la evasión de impuestos, debía 300 millones de dólares y terminó pagando 5 millones. El sistema tributario es uno de los sistemas que hay que cambiar, e incluso la Ley de Entidades Financieras que viene desde la dictadura. Por otro lado, es necesario tomar medidas más fuertes en relación al proceso de industrialización.

(…) Venimos de un mecanismo colonial atrasado. Tenemos que rescatar el pasado para ver cómo fue el proceso que nos trae al macrismo, además de que Macri llega en tiempos equivocados, porque se le cruza el proteccionismo de Trump pese a su “presunta” amistad. Los procesos de industrialización son el camino que hay que seguir, cambiar la política de ciencia y técnica y a partir de allí, conseguir un acuerdo con el campo para sacar las divisas necesarias, así como una nueva ley tributaria.

(…) Sin embargo Argentina tiene posibilidades de salir más que cualquier otro país latinoamericano, pero están los intereses y está el enemigo interno que es parte de la derecha, por eso debemos hacer un proceso de industrialización con un rol decisivo por parte del Estado”.

 

*Este artículo forma parte del programa «Economistas argentinos. Miradas de un país», un ciclo  audiovisual conducido por el economista e investigador Ignacio Trucco, co-producido por Canal 20 TV Universidad Nacional de Entre Ríos y la Facultad de Ciencias Económicas de UNER, que incluye entrevistas en profundidad a personalidades destacadas para pensar la economía y la política de nuestro país. Podes acceder a todos los capítulos en el canal de YouTube Canal 20 TV UNER.