Por Andrea Sosa Alfonzo* y Clara Chauvín** para la Serie Juntas | Fotos: Archivo personal Evelin Goldstein | Ilustración: Martín Bianchi
Desde su trabajo como economista, descubrió la agenda relacionada a energías renovables tanto desde el aspecto ambiental como productivo. Evelin Goldstein se especializó en el tema y eso la llevó a encontrarse con otras mujeres profesionales dedicadas a la temática, y que hasta el momento, no estaban sus voces en los paneles y congresos a los que asistían. Conversamos con ella sobre transición energética y sus desafíos, la necesidad de más mujeres desarrollándose en carreras de ciencias duras y cómo desde el sector público y privado pueden promover que esto suceda.
Evelin Goldstein nació y vive en Buenos Aires. Es Licenciada en Economía egresada de la UBA y su experiencia profesional se desempeñó en el sector público y privado. Pasaron varios años hasta que se adentró en la incipiente agenda del desarrollo de energías renovables. De esta forma se fue encontrando con otras profesionales con quienes compartían las mismas inquietudes. Así impulsaron la Asociación de Mujeres en Energías Sustentables, espacio del cual es Co-Fundadora, y fue creado con la misión de promover la participación de mujeres del sector de las energías sustentables para fomentar la pluralidad y equidad en los espacios técnicos, profesionales y de decisión.
–Partamos de algunos datos biográficos, contanos sobre tus orígenes y por dónde surge tu interés en estudiar economía.
-Nací y vivo en Buenos Aires, tengo un nene de 3 años. Decidí estudiar Economía cuando estaba en quinto año del colegio, yo fui al Pellegrini. Tenía un profesor de Economía que era tal vez un poco polémico porque era muy exigente, pero a su vez nos hacía pensar y enseñaba cuáles eran las ventajas de las políticas económicas sobre los ingresos, sobre la distribución del ingreso, cómo podíamos utilizar las políticas económicas para reducir la pobreza. Empezó a entusiasmarme esa idea de los efectos multiplicadores y decidí estudiar Economía, pero en un principio también estudié Música. Tocaba el piano desde muy chiquita, no podía decidirme cuál de esas carreras seguir porque eran muy distintas entre sí, hasta que decidí tomar el piano como hobby y dedicarme a la Economía.
-¿Fue en esta etapa donde surge el interés por el desarrollo de las cuestiones energéticas?
-El interés por las cuestiones energéticas vino bastante después, la realidad es que cuando yo empecé la facultad no era un tema muy difundido. Empecé a trabajar como economista en el sector público, precisamente en la Subsecretaría Pyme, después pasé al Ministerio de Economía, estuve también en Banco Nación y en el Banco Central. Fue recién cuando empezó a hablarse de las energías renovables en la Argentina, en 2015 más o menos, que en la consultora en la que trabajaba en ese momento empezamos a compartir que era maravilloso todo lo que se podía hacer. Empezamos a estudiar los casos internacionales y el aporte que podrían hacer las energías renovables, no sólo a la cuestión ambiental, sino también a la cuestión productiva. A raíz de eso empezamos leyendo artículos sobre distintos casos a nivel internacional acerca de las políticas que se estaban implementando, observando los casos de países nórdicos, como Dinamarca y Finlandia. De hecho viajé a un congreso en Finlandia sobre biomasa y ahí nos conectamos con personas de otros países. Después empezaron a surgir oportunidades para hacer proyectos que nos obligaron a aprender cada vez más sobre el tema.
-¿Qué implica entonces pensar en energías renovables y cuál es el desafío hacia el futuro? ¿Cómo observas la situación en Argentina?
-Tanto en Argentina como en otros países del mundo, hoy se están llevando a cabo procesos de transición energética. Y es algo ultra necesario de implementar para tener una matriz energética más limpia, para tener más energías renovables. En la actualidad, hay una necesidad imperiosa de implementar medidas para reducir las emisiones de gases del efecto invernadero porque el calentamiento global ya es un hecho y está avanzando a pasos agigantados. Y si no hacemos algo ya, vamos a estar en problemas. Creo que de a poco todos los países están empezando a tomar conciencia de la necesidad de implementar cambios. En este último tiempo, también se vieron otros hechos vinculados con los conflictos que suceden en Ucrania, que eso genera un incremento en los precios internacionales de los combustibles fósiles y los países también comenzaron a darse cuenta que la dependencia de un sólo combustible, genera muchísimos problemas para las economías, porque si aumenta el precio del combustible, eso se traslada a un incremento en todos lados. Por un lado, en el precio de la energía que pagan los hogares, pero también por el otro lado, el combustible es insumo de absolutamente todos los bienes que consumimos dentro de un país. Por lo tanto, la diversificación de la matriz energética, o sea tener una matriz energética que no sólo dependa del petróleo o del gas sino también de otras fuentes de energía que puede ser la eólica, la solar, la biomasa, o incluso la energía nuclear, es fundamental. Esto empezó a ser algo que todos los países tomaron nota como algo ultra necesario por un tema de resguardar la seguridad energética y garantizarse la disponibilidad de energía. La transición energética, por una cuestión de objetivos ambientales ya existía, pero se sumó además darse cuenta que esto se necesita por otras razones las cuales tienen que ver con la seguridad energética de los países. Esto ya empezó y es un hecho, la mayoría de los países del mundo lo están llevando a cabo, incluso Argentina. Algunos de manera más acelerada y otros más lenta, algunos le dan más importancia a las cuestiones ambientales y otros menos. Hay países que tienen como meta alcanzar la neutralidad de carbono a 2050. Hacer carbono neutrales, que se compensen las emisiones con las absorciones que eso implica no emitir nada, no generar ningún impacto negativo a 2050. Creo que de a poco todos los países tenemos que ir hacia ese lugar. En relación a la Argentina, hace unos años se implementó una ley de energías renovables que estableció objetivos para tener un porcentaje de la demanda de la energía eléctrica cubierta por energías renovables. En concreto, se propuso tener el 20% de la demanda de energía eléctrica cubierta por fuentes renovables en 2025. Lo cierto es que se fueron implementando medidas para ir incorporando energías renovables. A modo de ejemplo, antes de 2015 solamente el 1 o 2% de la demanda era cubierta por energías renovables y hoy en día estamos alrededor del 13%, depende de la estación o el mes. El camino por recorrer todavía es largo, pero tenemos que reconocer que se estuvieron haciendo avances. También se hicieron avances en lo que se llama la generación distribuida que son los proyectos más pequeños y medianos, implica que tanto empresas como familias, pueden instalar sistemas de generación de energías renovables para el autoconsumo y para vender el sobrante de la energía que no se utiliza. Se implementó esta normativa que promueve este tipo de proyectos más chicos y también se está avanzando mucho. En el último año, se triplicaron este tipo de proyectos, pero nuevamente si miramos a los países vecinos y el potencial que tenemos como país de recurso eólico y de recurso solar, todavía está desaprovechado. Creo que tenemos que seguir trabajando para que esto siga creciendo.
-¿En qué aspectos de la vida cotidiana y social podríamos ver dicha transición energética?
-Creo que como hogares, como familias, lo que podemos hacer a corto plazo y sencillo es empezar a cuidar más la energía. Lo que se llama eficiencia energética que no es más que si no usamos la luz, la apagamos; si no usamos la computadora, la apagamos; si no estoy cargando el celular ¿por qué tengo enchufado el cable? Si no necesitamos prender la hornalla, no la prendemos. Entonces, todas las medidas de eficiencia energética ayudan. Las medidas que llamamos de economía circular también ayudan. No generar desechos si no lo necesitamos, tratar de no usar materiales que sean descartables por un sólo uso, reutilizar todo lo que podamos, y de esa manera también estamos cuidando el medio ambiente y de algún modo implementando medidas de eficiencia energética. Después, lo que es sistema de generación para los sistemas de energías renovables, todavía sólo en algunos lugares del país, hoy resulta conveniente implementar este tipo de sistemas para las familias. Creo que desde el Gobierno nacional, se podrían implementar algunas medidas como métodos de financiación para las familias con el objetivo de que sean decisiones convenientes de implementar este tipo de sistemas en los hogares. es decir, que implique realmente un ahorro para las familias. Pero en el caso de las empresas, las industrias y los comercios, ya en muchos lugares del país es conveniente implementar estos sistemas. Me parece que a corto plazo tenemos que tratar de fortalecer los mecanismos para concientizar a toda la sociedad en la importancia de cuidar la energía, de tener sistemas de generación y, sobre todo, tener sistemas de financiamiento funcionales tanto para industrias como para los hogares. Y en relación al sector industrial, apostando a la rentabilidad de las inversiones.
-A nivel global, es una agenda que interpela fuertemente a los/as jóvenes. ¿Se involucran otros segmentos sociales?
-Como todo cambio, a las generaciones más grandes les cuesta más pensar en estas cuestiones tan simples como apagar el aire acondicionado o asumir la importancia que tiene cuidar el medio ambiente. Entonces, la realidad es que los jóvenes tienen una polenta importante en todo lo que son los cambios y es crucial lo que están haciendo para la concientización y hacia el futuro. Están ayudando a que las nuevas generaciones ya se comporten distinto, está incorporando esto de preguntarse para qué comprar vasos descartables si eso contamina y genera un impacto negativo. Ellos ya están haciendo un cambio y no hay vuelta atrás. No obstante, quienes somos un poco más grandes o menos jóvenes, también de a poco estamos haciendo cambios y hay varios sectores que trabajamos para promover las energías renovables y las prácticas de eficiencia energética y de economía circular en nuestro país.
-Vos trabajas mucho el enfoque de la equidad en el estudio de la cuestión energética, ¿qué implica hablar de género y energía?
-Cuando empezaron a aparecer las energías renovables en la Argentina como tema de interés, se hicieron un montón de congresos y de seminarios. Como me interesaba muchísimo el tema, empecé a participar de estos espacios. Y resultó que había muy pocas mujeres o éramos siempre las mismas. Entonces empezamos a charlar, a hacernos preguntas, a encontrarnos después del evento porque salíamos a tomar una copa, después, fueron más extensos esos encuentros con una cena. Primero fuimos cinco, después diez, después quince. Nos preguntábamos: ¿por qué en los paneles hay sólo hombres?, ¿por qué no estamos nosotras?. Si estudiamos, nos preparamos, hacemos cursos. Deberíamos empezar nosotras también a visibilizarnos como mujeres, como profesionales, porque tenemos la misma capacidad que los hombres que están en estos paneles y nosotras estamos como asistentes. A partir de eso, nos hicimos amigas y creamos un grupo de whatsapp, y de ahí pasamos a crear una Asociación de mujeres con el objetivo de aportar nuestro granito de arena para promover que haya más equidad en el sector. A todas nos pasaba lo mismo, no sólo había una cuestión de no tener espacios en este tipos de lugares como los congresos, sino además compartíamos experiencias similares sobre lo que nos pasaba en los ámbitos laborales. En particular y en mi experiencia, le propuse a un empresario del sector de transformadores armar una empresa de energía solar para instalar paneles. Fui co-fundadora de un proyecto de energía solar que en sus inicios fue muy lindo, pero después no es fácil continuar con la compatibilidad de la vida familiar y la vida profesional. Pero la realidad es que en esa empresa que creamos, también era la única mujer, la única que viajaba a ver clientes, la única que estaba en las mesas de decisiones. Es cierto que en Buenos Aires se da de forma diferente en relación a otros lugares del país, entonces cuando iba a reuniones en otras provincias, todo esto se exacerbaba aún más, y siempre era la única mujer. Hasta les parecía extraño que estuviese una mujer y que me suba a un techo para ver si se podían poner los paneles o ir al impenetrable chaqueño con otros diez hombres para ver si podíamos instalar una planta de energía solar. Durante esa época conversé con otras mujeres del sector a quienes les pasaba exactamente lo mismo: había chicas instaladoras de paneles sociales, otras hacían medición de recurso eólico y también iban a lugares remotos o salían a explorar sitios para desarrollar parques de energías renovables. Veíamos que había una cuestión relacionada a la persistencia de los estereotipos de género, pero sobre todo la creencia de que hay trabajos que son para mujeres y trabajos que son para varones. Parecía que subir a los techos y viajar al impenetrable chaqueño, sólo podían hacerlo los varones.
Entonces comenzó a aparecer todo esto que era muy nuevo en 2015 tras compartir estas experiencias, pensar en aportar nuestro granito de arena para que de a poco generemos un cambio, y que vayan desapareciendo estos estereotipos. Pasaron seis años y por mi parte veo que está empezando a haber un cambio, queda mucho por hacer pero veo que algunas cuestiones empezaron a ser distintas. Hay mujeres en los paneles, no siempre igual. Se comenzó a tomar como algo más natural que haya más mujeres en el sector. Hoy aproximadamente sólo el 12 o 13% del total de empleados del sector energético son mujeres. Si miramos cuántas hay en los puestos de decisiones, el porcentaje es super bajo, alrededor de una de cada diez mujeres están en los directorios de las empresas del sector. Empezamos a hacer un cambio pero creo que todavía queda mucho por recorrer.
-Esto que mencionas sobre combinar la vida familiar con la vida profesional y laboral es lo que comúnmente funciona como obstáculo en el desarrollo de las mujeres, pero en cambio, no suelen ser dificultades que los varones tengan que atravesar.
-Creo que también el desafío es que lo tengan. Cuando los hijos son muy chiquitos es más natural que necesiten estar con la mamá pero a medida que van siendo más grandes y van teniendo más independencia, está bueno que las tareas de cuidado sean más equitativas y por eso hay que hacer un cambio desde todos lados. Siempre digo que primero hay que hacer algo desde lo micro, en las familias de a poco ir concientizando a quienes tenemos más cercanos, a nuestros amigos, en nuestros espacios de trabajo. Incluso me pasó cuando estaba en la empresa donde trabajaba, había que contratar un ingeniero o ingeniera. Y me dijeron “estaría bueno que sea un ingeniero”. Y yo dije “lo que estaría bueno que sea alguien con capacidad para hacer el trabajo, vamos a contratar al o la mejor”. Abrimos una búsqueda laboral y finalmente contratamos una ingeniera para el puesto. Es un aporte muy chiquito en mi entorno para de a poco empezar a mostrar que las mujeres y los hombres podemos hacer las mismas tareas y que al momento de las contrataciones, tenemos que elegir a quien mejor se encuadra en lo que se necesita y no por el género. Creo que el primer cambio está en la micro, nosotras, nosotros, las familias, las empresas, y después hay que empezar a hacer un cambio a nivel de política pública y en los espacios del sector público. Porque muchas veces, cuando no surge del sector privado, es el sector público el que tiene que empezar a mostrarse como ejemplo. Creo que ya lo están empezando a hacer y hay un montón de cambios pero hay que continuar porque queda mucho por delante. Todavía somos muy pocas en el sector, menos aún son las mujeres que están en puestos técnicos que habitualmente son puestos que son mejor remunerados. Entonces al no participar de este tipo de trabajos, se genera una desigualdad en los ingresos entre hombres y mujeres, que ya existe pero esto exacerba aún más estas desigualdades.
-¿Por qué las ciencias duras son las más resistidas en cuanto a la ampliación de la brecha de género?
-Tiene que ver con los estereotipos y arranca desde el jardín de infantes. El rincón de la casita y el rincón de los bloques, a los nenes se le compran los autitos y a las nenas el bebé y el cochecito y la mamadera. Me parecen importantes las campañas para mostrar que no hay cosas de hombres y cosas de mujeres o qué son las matemáticas, qué hace un ingeniero o ingeniera. Dar estos temas en los jardines y las escuelas primarias a los más chicos. El aporte que puede hacer una ingeniera al implementar un sistema de energías renovables, científicas que puedan crear nuevos materiales que sean reciclables. Hay un montón de aportes para mostrar lo lindo que tiene este tipo de trabajos y no pensar que los chicos son más habilidosos en matemáticas y las chicas con cuestiones artísticas o con lo relacionado a educación. Hay que tratar de a poco ir rompiendo esos estereotipos y mostrar lo lindo de los trabajos en las ciencias duras. Pensar que los hombres tienen algunas habilidades y las mujeres otras no tiene ningún sustento científico. Tenemos que romper con eso desde la edad temprana, desde el jardín, primaria y acentuar en la secundaria, contar de qué se tratan las carreras y de qué se puede trabajar después porque la realidad es que una cosa es la carrera y otra el después. Contar experiencias, mostrarle a los adolescentes antes de elegir su carrera puedan tener más vínculos con profesionales que ya trabajan en este tipo de proyectos, entusiasmar a las jóvenes a que inicien este tipo de carreras técnicas. Creo que es algo que se retroalimenta. Si hoy también hacemos un cambio en lo que son las empresas y que haya más equidad e infraestructura para las mujeres, eso también motiva a las mujeres a estudiar este tipo de carreras para tener referentes. Y mostrar, por ejemplo, mujeres que son ingenieras y lo que lograron. En este grupo de mujeres donde participo hay una de las chicas que se dedica a todo lo que tiene que ver con el mantenimiento de turbinas hidráulicas en las grandes represas y viaja a todos lados y lo que hace es maravilloso porque cumple un rol fundamental para que funcionen las represas y el aporte que genera para el cuidado del medio ambiente, es inmenso. Otra de las chicas hace instalaciones en espacios remotos, en escuelas que están aisladas. Hacer visibles este tipo de casos para las jóvenes es fundamental y que las podría motivar a seguir carreras STEM. Lo primero es eso y después es vincular a las universidades con las empresas y el sector público para generar este flujo de mujeres desde la universidad hacia los espacios de trabajo. También sería importante implementar programas de becas para estudiar este tipo de carreras o programas para fomentar el vínculo entre las universidades y las empresas y después pensar el promover y facilitar la compatibilidad entre la vida familiar y la vida profesional de las mujeres, con la equidad en las tareas cuidados en los hogares a través de la ampliación de licencias no sólo de maternidad, sino también de paternidad.
-Por último, ¿en qué te encontrás trabajando actualmente y qué proyectos próximos tenés a desarrollar?
-Por un lado, estoy trabajando como coordinadora de un programa de generación distribuida en el Consejo Federal de Inversiones. Lo que hacemos es promover los proyectos de generación distribuida en las distintas provincias del país. Es un proyecto que empezó hace poco pero está muy bueno. Vamos a ver también cómo promover a través de este tipo de proyectos, que haya más mujeres en los espacios. Por otro lado, estoy terminando de hacer el capítulo de descarbonización del Plan Argentina Productiva 2020-2030 que es un plan que comenzó en el Ministerio de Desarrollo Productivo donde una de las misiones es la de descarbonización, estamos proponiendo algunas medidas para esto y para el desarrollo productivo con equidad. Y también estoy trabajando en distintos proyectos con empresas para implementar sistemas de generación distribuida y no distribuida.
Escuchá el episodio #18 de JUNTAS PODCAST en SPOTIFY donde conversamos con Evelin Goldstein:
*Andrea Sosa Alfonzo es comunicadora y periodista. Se especializa en comunicación digital. Es Directora Periodística de Revista RIBERAS. Ha publicado artículos en diversos medios de comunicación. También hace columnas para radio desde 2014, desde el enfoque de género y feminismos.
**Clara Chauvín es periodista y productora de contenidos en Canal UNER y en Riberas. Desde el año 2009 viene trabajando en diferentes medios gráficos, radiales y televisivos, especializándose en género y feminismo. En 2019 publicó el libro «Hermanadas: Postales de lucha» (Editorial El Miércoles).