El país que soñamos (II)

Por Andrea Sosa Alfonzo y Clara Chauvín | Fotos: Lucía Prieto 

Segunda parte de las entrevistas con referentes de derechos humanos, Nora Cortiñas, Agustín Cetrángolo y Mariana Fumaneri, sobre hacer memoria en tiempos de Coronavirus, transversalizar la lucha política y cómo la perspectiva de género cambió la mirada sobre los juicios de lesa humanidad. 

 

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Nora Cortiñas*, es una de las referentes más emblemáticas de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. También es un símbolo de resistencia inclaudicable para las nuevas generaciones. Desde 1977 busca a su hijo, Gustavo Cortiñas, militante del Partido Justicialista. Fue detenido desaparecido por las Fuerzas Armadas en Castelar, provincia de Buenos Aires. Cortiñas dice que “no es época de caprichos ni de ser negativos” en relación al período de resguardo obligatorio que dictó el Presidente Alberto Fernández para toda la población tras la amenaza del Covid-19.

“Hay que reconocer que el Presidente está acertado, hasta inclusive en algo que nos dio mucho miedo como la idea de un Estado de Sitio, a lo cual dijo que no. Está dando las respuestas que el pueblo necesita. Por eso este 24 de marzo, aunque no pudimos ir a la plaza, seguimos rechazando el Golpe de Estado, denunciamos el horror que se vivió en la Argentina en las desapariciones, torturas, los vuelos de la muerte, la apropiación de bebés, la desaparición de madres que buscaban a sus hijos. Una dictadura sangrienta y trágica. No puede haber ni olvido ni perdón. Solo tiene que haber justicia y tener en claro, que no queremos venganza, sino que todos los genocidas vayan a la cárcel, que sean juzgados por jueces, que sean condenados por los crímenes horrendos que cometieron. No puede haber un levantamiento del castigo como pretendieron hacer. Tienen que cumplir la condena como corresponde ¿No quieren estar en la cárcel común? Sí señor, ésa es su verdadera casa. No puede existir la clemencia para los crímenes de lesa humanidad y para el comportamiento criminal alevoso que tuvieron. Para ellos tiene que existir sólo la justicia. Y para nosotros, toda la verdad”.

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En cuanto a las acciones que se realizaron desde los hogares y a través de las Redes Sociales que involucraron al conjunto de la población con pañuelazos y consignas de repudio al Golpe, Cortiñas nos tranquiliza asegurando que no estuvo sola, al contrario, estuvo “rodeada de mucho amor. La memoria camina, somos más los que estamos peleando.  Se ha sumado gente que antes no se animaba o no había tomado conciencia. Hasta en mi barrio, que es un barrio tranquilo, no tenía noción de que había gente que me apoyaba y que apoyaba a los 30 mil. Se vio en cada puerta, en cada ventana, con gente solidaria que me expresó su cariño y su apoyo. Creo que ahora hay mucha juventud que acompaña. Ya transcurrieron cuatro generaciones desde éste terrorismo de Estado. Nosotros tenemos los bisnietos, los hijos, las hermanas y hermanos, el vecino, el amigo. Tenemos mucha gente que nos sigue, no estamos solos ni solas. Virtualmente nos abrazamos para esperar sólo algunos meses para ir a la Plaza de Mayo a hacer lo mismo que todos los 24: abrazarnos, defender la justicia y la verdad para todos y todas”.

Reflexiona con serenidad sobre el futuro y como siempre asegura que va “a depender de todos nosotros y nosotras, de que no bajemos los brazos. Lo que hagamos en torno al Gobierno (nacional) será para apoyar una política que hace años perseguimos en su totalidad: la defensa de los derechos humanos en todos los sentidos”. Como resultado de las políticas neoliberales del gobierno de Mauricio Macri, Cortiñas asegura que tras su paso dejó mucha pobreza en Argentina, “mucha gente que no tiene ni trabajo ni ningún apoyo y que casi no existen para el común de la gente. Es necesario que los saquemos a la luz, no con una limosna sino con trabajo, para que en Argentina vuelva otra vez al Estado de bienestar que viví en los años ’50. Trabajo y sueldo digno, salud, educación, techo, vivienda, tierra. Hoy nos toca quedarnos y resguardarnos pero sepamos que hay gente que vivía de un trabajo por día ¿Cómo va a hacer? ¿Cómo les va a llegar una ayuda? Éste es el país del pan y del agua, por eso no hay que darle a las mineras carta blanca para desperdiciar millones de litros y robarnos nuestras riquezas. Tenemos mucho para pelear. Éste es un tiempo para reflexionar pero también para ayudar a quienes no les llega la ayuda porque viven en zonas muy lejanas o imposibles de acceder. Hagámoslo sabiendo que lo hacemos con total honestidad y con total ética. Vamos a vencer, hasta la victoria siempre”.

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Agustín Cetrángolo** es militante social en la Agrupación H.I.J.O.S. Su padre, Sergio Centrángolo fue detenido-desaparecido en la última dictadura militar, secuestrado en octubre de 1978. Fue llevado al Olimpo y luego a la ESMA y se sospecha que fue asesinado en los vuelos de la muerte. Su madre, Alicia Pesce, fue sobreviviente de la ESMA donde estuvo secuestrada 15 días.

Dice que este 24 de marzo fue especial. En primer lugar “son muchos años fortaleciéndonos desde el regreso de la democracia, con las marchas a la Plaza de Mayo. Es una fecha que no representa sólo las marchas en todas las plazas del país, sino que representan una movilización muy fuerte de toda la ciudadanía para la reflexión y para homenajear a las víctimas. La dimensión que tiene esta fecha para el pueblo argentino es muy grande. Y por otro lado es especial porque se conjuga con esta pandemia que nos obliga a tener que estar en casa, a pensar con profundidad las formas de rememorar el 24 de marzo, y esto va de la mano con esta nueva expectativa de un Estado al servicio de los derechos humanos. Seguramente sería distinto si no tuviésemos un Estado presente. No sé si estaría declarado el aislamiento y quizás estaríamos en la calle reclamando que un gobierno neoliberal tenga conciencia de lo que se está por venir. En lo personal, desde febrero comenzamos a pensar y planificar actividades, uno lo viene transitando en el cuerpo, en la mente, en la reflexión. Desde H.I.J.O.S hemos confeccionado pañuelos en todo el país y utilizamos las redes sociales para que se pueda expresar la militancia y los familiares. No tuvimos la posibilidad de abrazarnos con tanta gente querida como pasa en las marchas, pero vamos a estar con los 30 mil presentes cuáles son los desafíos que tenemos como sociedad en materia de derechos humanos pero también en relación a un proyecto de país, de humanidad, de ciudadanía, de democracia”.

En relación a la centralidad que le dio el Gobierno nacional a la agenda de Derechos Humanos, Cetrángolo recuerda que las primeras reuniones en enero “a pocos días de la asunción del Presiente, implicaron una fuerte reivindicación para los organismos que volvieron a la Casa Rosada, de donde nunca se los debería haber sacado y no sólo lo digo por lo simbólico sino por lo concreto como organizaciones de la sociedad civil que hacemos un aporte muy importante de miradas y visiones para cualquier gestión de gobierno. Que nos reciban como nos recibieron fue sentir un Estado presente que vuelve a recuperar los mejores valores que supimos construir en tantos años de democracia, obviamente profundizados y enaltecidos durante los gobiernos de Néstor y Cristina, pero que es una lucha histórica que ha calado fuerte. El macrismo y la coalición de Cambiemos, plagada de familias y de cómplices civiles del terrorismo de Estado tuvieron una política de persecución, de aislamiento, de desfinanciamiento para los organismos de Derechos Humanos. Que ‘las viejas’ y ‘las locas’ puedan ser recibidas en Casa Rosada con tanta calidez también forma parte de la reparación».

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Foto: Proyecto 30 mil pañuelos por la memoria

“Por delante tenemos una agenda que se truncó y necesitamos recuperar que es los juicios de lesa humanidad, crear las áreas del Estado que impulsaban los juicios y el fortalecimiento de los espacios de Memoria. En ese momento por ejemplo se estaban tomando decisiones para revertir los protocolos de Patricia Bullrich desde la cartera de la nueva ministra de Seguridad, (Sabina) Fréderic. A lo cual hicimos una expresión de apoyo y acompañamiento. En 2015 teníamos un aparato represivo que generaba víctimas, la situación de las cárceles y de la tortura era algo que preocupaba o delitos más complejos como las redes de trata, los desaparecidos y desaparecidas de la actualidad. Por eso uno de los dichos más importantes que nos dejó el Presidente Fernández en esa reunión era que si él se equivocaba, que el pueblo salga a la calle y se lo haga saber. Esto habla de una concepción muy interesante de la democracia y de por qué están las fuerzas represivas. Hoy hay un debate fuerte desde los organismos que buscamos instalar en la agenda pública respecto a la libertad de los presos políticos porque hay muchos compañeros y compañeras presos de la persecución política del macrismo y del partido judicial, que jugó en sintonía con el neoliberalismo».

“Uno de los capitales más fuertes que tenemos como sociedad es cómo hemos atravesado el terrorismo de Estado, con justicia, con memoria, con verdad. Pedimos que cada 24 sea un día de reflexión, tener la figura de nuestros desaparecidos y desaparecidas bien presentes como luchadores populares que se comprometieron con un proyecto de un mundo distinto, con un proyecto de vida, de país y de ciudadanía más igualitario y solidario que hoy se pone en vigencia y por el cual los familiares, víctimas y quienes nos hemos organizado en espacios de Derechos humanos en todo el país, hacemos carne para reflexionar el rol que cada uno ocupa en este lugar”.

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Mariana Fumaneri***fue víctima detenida el 21 de octubre de 1976 por las fuerzas militares y estuvo presa durante seis años. Era militante de la JUP. En esa época estudiaba Trabajo Social en la Escuela Universitaria y una de las reivindicaciones era pertenecer a la UNER, lucha que quedó trunca en la dictadura militar. De ésa época recuerda que “ser militante era un riesgo. Estuve presa en Devoto, en la unidad penal de mujeres en Paraná. Hoy formo parte de la Asociación La Solapa”.

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“La situación de pandemia y de aislamiento social que estamos atravesando nos invita a estar de un modo activo y yo lo relaciono fundamentalmente con una resistencia para sobrevivir y vivir. En estos términos, si bien tiene una apariencia de soledad debemos pensarlo de un modo contrario, nos invita a ser solidarios hacia un país que nos necesita. Cada 24 de marzo y a pesar de los últimos años, somos un pueblo más organizado y movilizado. Seremos más creativos para tener presencia en el ejercicio de memoria, verdad y justicia. El aislamiento nos permitirá visibilizarnos también. Desde la Universidad tenemos la responsabilidad de desarrollar la postura critica”.

La Solapa junto a el Museo Sitio de Memoria ESMA, ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio organizó la muestra itinerante Ser Mujeres en la ESMA, testimonios para volver a mirar basada en declaraciones judiciales de las sobrevivientes sobre la violencia de género y delitos sexuales cometidos por el Grupo de Tareas de la ESMA.

“La muestra fue revisada desde una perspectiva de género. Surge de la necesidad de visibilizar pero también de revisar cómo aparecían en la circulación de los textos, los testimonios de sobrevivientes y la historia de las desaparecidas. Nos interpela a todas porque la situación de ser mujer en la dictadura mediante las torturas y las detenciones, era de un modo doblemente discriminante y abusivo. Ser mujer conllevaba de por sí una doble represión. Además de ser militante eras mujer. Nosotras relatábamos que nos habían violado, abusado, manoseado pero no habíamos puesto el énfasis en la cuestión de género. En el último juicio por delitos de lesa humanidad que tuvimos en la provincia, la causa Céparo, las querellantes y las testigos incorporamos la visión de género en la inclusión del abuso como parte de la metodología de la tortura. Fui testigo en esa causa, para señalar la cuestión de la desnudez, el acercamiento abusivo, la respiración agitada, el jadeo, no fui violada en lo que refiere a penetración pero sí la violación a mi condición de mujer, siempre me interrogaron desnuda con la cabeza encapuchada. Ellos se empoderaban sobre una”.

“Desde su mirada machista no les cerraban que las mujeres fuésemos militantes. Era algo que los inquietaba. La mujer debía quedarse en la casa”. En las declaraciones de las sobrevivientes sobre el funcionamiento y las metodologías de tortura y abuso en la ESMA esto está muy marcado. “Ellos establecían relaciones con las detenidas, de apropiación. Las hacían vestirse y les pedían que los esperaran por la noche, les decían “vestíte que vamos a ir a comer algo afuera”. Muchas veces nos preguntaron ¿y cómo no te negabas? Era imposible negarse porque por sobre todo estaba tu vida y la supervivencia”.

La muestra fue posible gracias al movimiento de mujeres y los debates públicos que transversalizaron la agenda de género. Reúne los testimonios de 28 mujeres sobrevivientes de este centro clandestino ante la Justicia, tanto en 1985 como en los juicios orales de lesa humanidad de la actualidad.

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*Nora Cortiñas, más conocida como Norita, es psicóloga social, militante y defensora de los derechos humanos. Fue co-fundadora de Madres de Plaza de Mayo y, posteriormente, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Reúne su autobiografía en el libro “Norita. La madre de todas las batallas” que fue coordinado por Gerardo Szalkowicz. Desde 1998 es Titular de la cátedra “Poder Económico y Derechos Humanos” en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Y recientemente obtuvo el reconocimiento máximo de la UNER en sul rol de defensora de los Derechos Humanos en el Doctora Honoris Causa. En ese caminar fui asumiendo las banderas de mi hijo y entendiendo que si él peleaba contra todas las injusticias yo también debía hacerlo. Esa ausencia, ese dolor que siento todos los días, es el motor de mi compromiso. Por eso estoy en cualquier lado acompañando las luchas contra todas las opresiones; porque, sencillamente, quiero cambiar este mundo injusto. Dentro de muchos años me gustaría ser recordada con una sonrisa y con ese grito que significa todo lo que siento adentro mío: ¡Venceremos!

**Agustín Cetrángolo es militante social en la Agrupación H.I.J.O.S.

***Mariana Fumaneri fue víctima de terrorismo de Estado y detenida en 1976 por las fuerzas militares. Era militante de la JUP y actualmente forma parte de la Asociación La Solapa. Es psicóloga social.