Por Clara Chauvín | IIustración: Diego Abu Arab | Fotos: Gisela Curioni
El contexto de 2021 abre nuevas preguntas sobre las condiciones necesarias para que la comunicación no sólo asegure derechos y libertades fundamentales, sino también cuáles son las preocupaciones comunes que van a incluirse, qué voces y con qué niveles de participación, cuál es el rol que va a asumir el periodismo del siglo XXI.
La acción de comunicar traza en el presente un escenario de múltiples dimensiones: desde los cambios en el lenguaje, pasando por nuevos formatos, la función periodística, hasta las formas de consumo y producción por parte de las audiencias, el objetivo principal siempre fue informar y difundir aquello que no era de acceso público. Sin embargo, en este devenir, muchos obstáculos contra la libertad de prensa permanecieron constantes, y en la actualidad, atentan contra las transformaciones sociales.
La pauta publicitaria, de la que gran mayoría de los medios de comunicación dependen para poder funcionar, surge como uno de esos obstáculos cuando se encuentra teñida de intereses que condicionan el contenido que se informa. Sobre esto, la coordinadora de la carrera en Comunicación Social de FCEDU-UNER, Aixa Boeykens*, asegura: “No tiene por qué ser una relación de dependencia, pero sabemos que en los hechos hay una subordinación ante el recibimiento de determinada pauta que incide en la línea editorial o qué se dice o no se dice. Creo que existe un interjuego con algunos medios que tienen mucha presión respecto a qué se puede opinar, y en otros se trabaja con una línea editorial definida pero se permite que se expresan distintos puntos de vista, se construya una agenda informativa variada y no que opte hablar de algunas cosas e invisibilizar otras”.
La tarea periodística se enfrenta cotidianamente con esas dificultades y la lucha por defender la libertad de prensa es parte de esa rutina. La periodista Silvina Ríos** expresa que “muchas veces los periodistas estamos sujetos al editorial de cada medio de comunicación y eso restringe la libertad que debiera tener. Los tiempos han cambiado y las plataformas no son las mismas, pero sin duda que las presiones existen y provienen de los mismos medios en donde trabajamos. Las desvinculaciones de trabajadores de prensa tienen que ver con esto de no poder hablar sobre algún tema particular debido a que el medio tiene una pauta comercial, ya sea con un gobierno o empresa”.
En este sentido, un nuevo 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa, nos mueve a reflexionar y hacer un diagnóstico sobre la realidad de quiénes ejercen la labor periodística para reafirmar la importancia de la libertad de prensa como un derecho fundamental. En ese sentido, el coordinador de Radio UNER Paraná, José Trovatto*** sostiene que “esta fecha nos permite contrastar realidades, pensar cuál es el papel de los trabajadores de prensa en estos tiempos de cambios, de diversidades. Si bien vivimos en estados democráticos, lejos de aquellas dictaduras y de la idea de censura previa y la intervención estatal, es cierto que si el suministro de papel está en pocas manos, si el control mediático depende de cuatro grupos, es también difícil ejercer una plena libertad. Por eso es importante rescatar el concepto, seguir pidiendo por más libertades, algo que nos hemos ganado pero que no siempre en estos escenarios está tan claro. Entender que más allá de la diversificación que hoy nos permite internet y las redes, el trabajo suele ser más difícil en una sociedad signada por la precarización laboral. El hacer múltiples trabajos por poca paga, por las dificultades de desempeñar el trabajo en las empresas periodísticas, todo eso hace que sea importante poder revalorizar el concepto de libertad de prensa. Que cada fecha nos permita describir cuál es el escenario que atraviesan los periodistas, que puede ser así en nuestro país pero más difícil aún en otros países de América Latina”.
Fue Alejandro Ramírez****, Vicedecano de la FCEDU-UNER, quien también se refirió a la situación que atraviesan muchos y muchas trabajadores de prensa, así como la importancia de analizar cuáles son los riesgos que, en determinadas ocasiones, conlleva la tarea comunicacional. Ramírez mencionó que “según Reporteros sin Fronteras, en el año 2020 hubieron 50 asesinatos de periodistas en ejercicio de su profesión. A este dato se suman casos de censuras y espionajes a periodistas y medios, la pérdida de la fuente laboral y a vinculaciones o nexos entre gobiernos y periodistas a cambio de pauta o contratos de servicios. Todo esto tiende a configurar un escenario preocupante en torno a lo que podemos considerar un adecuado contexto de ejercicio de libertad de prensa en todo el mundo y en la argentina. También Reporteros sin Fronteras establece un ranking de países y su relación con la libertad de prensa y Argentina ocupa el puesto 69, a diferencia de Costa rica y Jamaica que están en 9 y 10. Es un puesto preocupante dado lo acontecido durante el último gobierno de Mauricio Macri, por el espionaje y la coerción ejercida tanto sobre periodistas como sobre dueños de medios de comunicación, utilizando el aparato estatal y organismos de inteligencia para obtener información”.
El desafío de una agenda plural y federal
La Asociación de Radiodifusoras Universitarias de Argentina (ARUNA) nuclea a más de 60 radios universitarias de todo el país, abocadas al trabajo en red en pos de la federalización de los contenidos y la construcción de una agenda plural, a contrapelo de la mirada porteñocentrista de gran parte de los medios hegemónicos de Buenos Aires con alcance nacional. “Nuestro lugar desde el periodismo que hacemos, desde las radios universitarias que son medios públicos que tratan de consustanciarse con la región en donde están, es tratar de aportar nuevas temáticas, nuevos problemas, nuevas voces para aportar a esa discusión colectiva. Poder intervenir en el debate público y, sobre todo, poder disputar sentido en esta realidad tan compleja. Cómo poder producir contenidos en red, cómo incorporar otras temáticas propias de nuestros lugares, pero al mismo tiempo cómo poder analizar los conflictos nacionales o internacionales con la perspectiva universitaria, con las voces especializadas desde distintas disciplinas que nuestras unidades académicas pueden aportar. Es un debate interesante que se nos presenta hoy, con el que vamos conviviendo y con el que también vamos construyendo nuestras identidades a lo largo y ancho del país”, remarca Trovatto, quien además, forma parte de ARUNA.
El periodista recuerda también que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual tiene entre sus propósitos que las radios universitarias puedan producir en red, compartir programas, contenidos y formatos. “A partir de ahí pensar que podemos contar nuestras realidades que muchas veces es ocultada o silenciada de los medios que se conocen como nacionales, pero que en rigor están en Buenos Aires y abordan la actualidad nacional dejando afuera casi todo lo que no le suponga un rédito económico. Somos más de 60 radios universitarias que estamos nucleadas en ARUNA las que tratamos de configurar un mensaje que tenga anclaje local, pero que nos permita a las distintas emisoras, desde Jujuy hasta Río Grande, poder hacer un mapa temático que refleja cuáles son esas problemáticas que vive cada región, sin perder de vista aquellas cuestiones que son importantes para nuestras comunidades”.
El rol de la universidad pública
Una visión desde el paradigma de los Derechos Humanos es esencial para llevar adelante el trabajo periodístico. De acuerdo a esto, la universidad pública juega un rol fundamental para la formación de comunicadores y comunicadoras, asumiendo las dimensiones y los factores que se presentan en una realidad cambiante y dinámica. “El desafìo que se nos presentan es el estar atentos a cuáles son las condiciones del ecosistema de los diversos medios de comunicación que hay en la actualidad y las características en que se desenvuelven”, amplía Boeykens. “La libertad de expresión no puede estar desvinculada del concepto del derecho a la información, hay que articular estos dos elementos. Cómo se debe construir una buena comunicación dentro de lo que dicen las normativas y lo que plantea la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. A la hora de pensar cómo formamos, desde la universidad debemos situarnos en la comunicación como un derecho y trabajar para construir una comunicación rigurosa, plural y con un respeto claro hacia las audiencias. Es muy importante trabajar en el contexto del paradigma de la información como un bien público, como un derecho de todas y todos”.
En igual sentido, Ramírez afirma que “el atentado a la libertad de prensa es sumamente grave y amerita, no sólo desde la academia, sino en todos los sectores de nuestras sociedades repudiarlos y estar alertas a que estas flagrantes violaciones a los derechos humanos se terminen de una vez por todas. Desde el punto de vista académico, es mucho más claro nuestro rol para que nuestros graduados tenga una amplia formación en el campo del derecho a la comunicación y a la información, de modo que se rescate los estándares internacionales a cerca de la libertad de expresión, que se vincula con cada uno de los seres humanos de todo el planeta y no puntualmente con algún empresario o empresa de prensa”.
La comunicación como bien supremo
Siguiendo esta línea de análisis, el derecho a la libre expresión es uno de los más significativos para nuestra sociedad y está garantizado a través de tratados internacionales, a los cuales adhieren además, normativas nacionales. Sin embargo, el hecho de contar con legislación que ampare tal derecho, es sólo uno de los pasos necesarios para establecer que su cumplimiento sea real. Sobre esto, Ramírez menciona que “suele pensarse que la libertad de prensa se salvaguarda con la sanción de leyes o de plexos normativos complejos que, por el mero hecho de su sanción, quedará automáticamente establecido cierto contexto en el cual estaría garantizada esta libertad de prensa. En cualquier política pública que se oriente a regular las comunicaciones y las telecomunicaciones, lo que hay que priorizar es la libertad de expresión, bajo los estándares internacionales que así lo estipulan. Lo que estaríamos garantizando es un marco genérico o general dentro del cual lo que se trata es ir configurando una sociedad que cultural y políticamente respete ese derecho humano a la libertad de expresión, a la comunicación. Sin dudas llevará su tiempo, un periodo de incorporación dentro de nuestra sociedad, pero que finalmente tendrá un éxito mucho mayor que el mero hecho de incluirlo en alguna norma como un texto que finalmente tendrá una corta vida si no se incorporar a nuestra sociedad como un bien supremo, que nos atraviesa en tanto que seres humanos integrantes de una comunidad. Pasa como en cualquier orden de la vida social. Un plexo normativo y una política pública de esta naturaleza nos llevará al mediano y largo plazo a una sociedad mejor, dado que estará garantizado este derecho para todos y todas y necesariamente contribuirá a que lo que está estipulado en una ley efectivamente se cumpla y tenga plena vigencia”.
La importancia de comunicar con perspectiva de género
El movimiento de los feminismos generó diversas transformaciones en el entramado social y la comunicación no fue la excepción a estos cambios. Nuevas miradas de mujeres y disidencias apuntaron a instalar otras formas de expresión y de abordaje de la información, echando luz sobre realidades invisibilizadas hasta entonces. Esto generó también el enorme desafío de llegar hasta los lugares que nos fueron negados. La periodista Silvina Ríos afirma que “estamos viviendo un tiempo histórico que tiene que ver con el lugar de la mujer y las disidencias, peleando palmo a palmo esos lugares que nunca tuvimos y que el patriarcado se había apoderado. Hoy hay muchas mujeres que estamos en lugares de definiciones y eso ha generado un gran movimiento de distintos órdenes que tiene que ver con la manera de dar brindar una información con perspectiva de género”.
Ríos sitúa la tarea de comunicar desde una óptica pedagógica que posibilite impulsar los cambios sociales necesarios para una mayor igualdad. “La perspectiva de género va a traer muchísimos beneficios para todos, todas y todes respecto de la información. Esto tiene que ver también con la educación, la información que llega a nuestros hijes va a ser la manera que la sociedad va a poder desenvolverse mejor para poder integrar a todos aquellos que fueron discriminados, desclasados. Tiene que ver con el género, con la cuestión social. Los medios en esto son centrales, por eso debemos capacitarnos y formarnos y estar a la altura de las circunstancias cuando queremos comunicar algo. Para que la sociedad vaya modificando la mentalidad y así desnaturalizar cuestiones puntuales relacionadas a las mujeres, las disidencias, al maltrato y a la violencia y a todo esto que tanto daño nos hizo. Construir una sociedad diferente que incluye, que salva vidas, que enseña a nuestros hijes que debemos solidarizarnos, tener empatía. Habla también de un medio ambiente sano, de cuidarnos entre todes. Hay muchos, muchas y muches que estamos en ese camino para mejorar la sociedad en sí y la comunicación es una de las partes más importantes”.
*Aixa Boyekens es Licenciada en Comunicación Social, coordinadora de la carrera de Licenciatura en Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de UNER.
**Silvina Ríos es periodista, directora de radio LT14 y secretaria general del Sindicato Entrerriano de Trabajadores de Prensa y Comunicación.
***José Trovatto es Licenciado en Comunicación Social, coordinador de Radio UNER Paraná e integrante de la Asociación de Radiodifusoras Universitarias Nacionales Argentinas
****Alejandro Ramírez es Doctor en Comunicación, Vicedecano de la Facultad de Ciencias de la Educación UNER y Profesor titular en la Licenciatura en Comunicación Social.